Mario Balotelli recibe un portazo del Brescia. La expresión nunca fue más literal. El delantero se presentó en el entrenamiento de su equipo, pero le impidieron el acceso. La situación denota la tensa relación entre el futbolista y su club. Un divorcio que no parece tener solución.

La dirigencia de la entidad se hastió del atacante. El bajo rendimiento es una causa: ha aportado apenas cinco goles en 19 partidos, muy poco para un jugador que tiene cartel de figura. Para colmo, hace un tiempo se ausentó de varias prácticas, acusando una gastroenteritis que justificó con un certificado médico. Poco le creyeron.

A fines de mayo, el presidente del club, Massimo Cellino, lo criticó abiertamente en la BBC. “No se presenta a los entrenamientos, no parece muy comprometido con el futuro del club... Ése es el problema. Balotelli tiene un gran contrato en Serie A, pero no tiene un contrato en Serie B. Si descendemos, no tendrá contrato alguno con el Brescia”, acusó.

En esas circunstancias, Super Mario suma un capítulo más a una carrera polémica, en la que escasamente ha podido desplegar el máximo de su potencial.