Mary Dee Vargas, estudiante de Arquitectura de la Universidad Católica, de 22 años y parte de una familia donde hay otros dos judocas, venía de ganar oro en el Panamericano específico realizado en Córdoba. Ayer, en el Polideportivo I de Lima, logró un nuevo éxito en su carrera deportiva al adjudicarse la medalla de bronce en la categoría -48 kilos tras reponerse de la derrota sufrida con claridad en semifinales ante la dominicana Estefanía Soriano (a la postre, medalla de oro), al vencer por waza-ari a la brasileña Larissa Farias en un larguísimo combate, que además incluyó dos shidos (tarjetas amarillas) para cada una (una tercera amonestación o cobro técnico es derrota inmediata).

El waza-ari, en este caso, consistió en hacer caer a la rival de costado, con un hombro contra el piso. Es la segunda puntuación más alta en el judo, solo superada por el ippon. En ambas puntuaciones existen otras variantes (inmovilización, luxación, abandono).

En este caso, además, llegó luego de 13 minutos de esfuerzo, en el combate más largo en la rama femenina de la competencia en Lima.

36 años de espera

Y su logro es mayor si se consideras que es la primera presea del judo chileno en Juegos Panamericanos después de 36 años, luego de la alcanzada por Vilma Cianelli (categoría 66 kilos), en Caracas 1983. "Esperábamos hace mucho esta medalla. Hemos trabajado para eso. Me hubiese encantado estar en la final y disputar el oro, pero nos vamos con una medalla para la casa y eso lo agradezco de corazón", explicó Mary Dee.

Curiosamente, Vargas tiene como ídola deportiva a la argentina Paula Pareto, medalla de oro olímpica en Río 2016 y bronce en Pekín 2008, quien luego de caer en semifinales optó por no competir por el otro bronce panamericano debido a una molestia física. Así, dicha presea fue adjudicada de modo automático a la mexicana Edna Carrilo.