Suecia cayó a última hora frente a Alemania y el dolor de los hinchas escandinavos parecía natural. Se ilusionaron primero con una victoria, gracias al gol de Toivonen, aunque el acierto de Reus en el inicio del segundo tiempo aterrizó las expectativas. El empate, de todas formas, igual les servía para seguir superando a los germanos en la tabla del grupo F y para llegar a la última fecha de la etapa inicial del Mundial con mayores opciones de clasificar a los octavos de final
Sin embargo, el agónico gol de Toni Kroos, en el quinto minuto de adición, tiró todo por la borda. La ilusión, ahora, depende de otros, pues para clasificar los escandinavos dependen de un triunfo sobre México y de que los actuales campeones del mundo no venzan a Corea del Sur.
Hasta el dolor y la decepción, todo era normal. Lógico. Sin embargo, hubo fanáticos más radicales que se pasaron al otro extremo. Al de la amenaza. Y, para peor, de carácter racista. Es la realidad que está viviendo el mediocampista Jimmy Durmaz, quien le cometió la falta a Timo Werner, que permitió el agónico gol de Toni Kroos, con un zapatazo impecable e inatajable para el arquero Olsen.
Inmediatamente después del gol del volante del Real Madrid comenzó el calvario para Durmaz. El volante del Toulouse recibió insultos racistas a través de sus redes sociales. Los motivaban su origen sirio por parte de madre y turco por la vía paterna.
Durmaz se siente superado por la situación, aunque tristemente adaptado. "Siempre he recibido comentarios odiosos en mis redes sociales, no hay peligro, que sigan haciéndolo. Cuando uno lo ha sufrido toda la vida, ya está acostumbrado, no me importa. Estoy aquí, orgulloso de representar a mi país", dice en primera instancia.
Sin embargo, luego admite que lo inquieta que las amenazas alcancen a su familia. "Soy un jugador de primer nivel y sabemos que tenemos que vivir con las críticas, es parte de nuestro trabajo. Pero que te llamen negro sangriento, asesino suicida… y recibir amenazas de muerte hacia mí y mis hijos es inaceptable", añade, para fijar su posición ante los agresores.
La federación denunció las amenazas a la policía. "No toleraremos que un jugador sea objeto de amenazas y abuso. Es espantoso lo que está sufriendo Durmaz", sostiene Hakan Sjostrand, secretario de la entidad.
Sus compañeros lo respaldaron. De hecho, le sirvieron como escuderos mientras leía una declaración pública. "Soy sueco y me siento orgulloso de llevar esta camiseta y nuestra bandera. Quiero agradecer a la gente maravillosa que se dedica a repartir felicidad. Permanecemos juntos. Somos Suecia. Que le den al racismo", dijo.
"Es demasiado. Me pone de muy mal humor. Que la gente no tenga más respeto es molesto. Les habría dicho cuatro cosas si me los encuentro", afirmó Emil Forsberg. No fue el único que alzó la voz. Pontus Jansson exculpa a Durmaz de la caída ante los germanos y afirma que los insultos racistas "no tienen nada que ver con el fútbol". Además, le brinda pleno apoyo. "Sabe que todos estamos con él, igual que la mayor parte de la sociedad sueca".