El calvario de Jordan Chiles tras perder el bronce olímpico: “No se trata de la medalla, se trata del color de mi piel”

Jordan Chiles
Jordan Chiles. Foto: @TeamUSA / X.

Luego de una apelación de Rumania, el TAS dejó a la gimnasta estadounidense sin presea en la final de suelo. Un mes después del hecho, la norteamericana detalla lo que ha pasado. "Lo más importante que me quitaron fue el reconocimiento de quién era yo. No solo por mi deporte, sino por la persona que soy", señaló.



La final de la competencia de suelo de la gimnasia tuvo uno de los desenlaces más polémicos de París 2024. La estadounidense Jordan Chiles se quedó con la controvertida medalla de bronce tras superar a las rumanas Ana Barbosu y Sabrina Meneca-Voinea luego de que el Team USA realizara un reclamo que terminó elevando su puntuación de 13.666 a 13.766, superando los 13.700 de las europeas.

La determinación desató una discusión internacional. Sin embargo, cinco días después, el COI anunció la devolución de la presea a Barbosu, quien era tercera hasta el salto de la norteamericana. Esto ocurrió luego de una resolución del TAS, que indicó que el reclamo estadounidense fue fuera de tiempo.

La situación provocó una reacción inmediata en la vereda norteamericana. “Durante todo el proceso de apelación, Jordan ha sido objeto de ataques constantes, absolutamente infundados y extremadamente hirientes en las redes sociales. Ningún deportista debería ser objeto de ese trato, condenamos los ataques y a quienes participan, apoyan o instigan en ellos”, señaló el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos.

Chiles, en tanto, respondió con dos publicaciones en sus redes sociales. Primero, posteó cuatro emojis de corazones rotos. Después, señaló: “Me estoy tomando este tiempo y me estoy alejando de las redes sociales por mi salud mental, gracias”, sentenció.

Las palabras de Chiles

Ahora, a un mes de la determinación del TAS, Chiles volvió a referirse a su situación. La gimnasta entregó detalles sobre las consecuencias emocionales que ha sufrido. “Lo más importante que me quitaron fue el reconocimiento de quién era yo. No solo por mi deporte, sino por la persona que soy”, indicó el pasado miércoles, visiblemente quebrada, durante su aparición en la Cumbre de Mujeres Poderosas de Forbes.

La atleta volvió a hacer hincapié sobre una de las problemáticas que ha sufrido: el racismo. “No se trata de la medalla, se trata del color de mi piel. Se trata del hecho de que hubo cosas que me llevaron a esta posición de ser atleta. Y sentí que me habían despojado de todo. Me sentí como cuando regresé en 2018, cuando perdí el amor por el deporte. Lo perdí de nuevo”, señaló.

Chiles también aseguró haber seguido el reglamento al momento del reclamo realizado. “Seguí las reglas. Mi entrenador siguió las reglas. Hicimos todo lo que estuvo totalmente, completamente bien”, dijo.

“Definitivamente ha sido muy difícil ver todo el amor y el apoyo. Mirando hacia aquí, viendo a todos, puedo sentirlo ahora. Pero al principio fue muy difícil asimilarlo, porque tenía el corazón muy roto”, añadió.

No obstante, también valoró a quienes sí le han entregado apoyo. “Aprecio mucho a cada una de las personas que han podido salir y decir lo que tenían que decir. Ya sea a través de las redes sociales, a través de los medios de comunicación o simplemente a través de mensajes de texto, lo aprecio muchísimo”, complementó. “Esto no ha terminado”, dijo Chiles. “Porque a este ritmo, lo importante no es la medalla, sino mi paz y mi justicia”, sentenció la múltiple medallista olímpica.

Hace un mes, cuando la situación explotó, desató múltiples reacciones. Por ejemplo, la legendaria Nadia Comaneci expresó su indignación: “No puedo creer que juguemos de esta manera con la salud mental y las emociones de las deportistas. Protejámosles”, indicó.

En tanto, la propia Barbosu también pidió que no se realicen ataques contra las gimnastas: “Solo quiero que todos sean justos, no queremos empezar a criticar a otros deportistas de ninguna nacionalidad. Nosotros, como deportistas, no merecemos algo así, solo queremos rendir al máximo y ser recompensados en función de nuestro rendimiento. Los problemas están en los jueces, en sus cálculos y decisiones”.

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