El cambio de Özil: de ser un cortado de lujo a reencontrarse con sus orígenes

El volante alemán de origen turco se fue del Arsenal, en donde tenía un millonario contrato pese a no contar para los últimos entrenadores, y aspira a retomar la figuración en el Fenerbahce, el club de sus amores.



Quien hubiera pensado que un jugador del talento de Mesut Özil (Gelsenkirchen, 1988) se transformara en un dolor de cabeza para el Arsenal y que su salida termine siendo el destapador de una olla a presión. Definitivamente, en este inicio de 2021 se acabó la experiencia del futbolista alemán de origen turco en los Gunners, una historia que comenzó con un profundo idilio, pero con el tiempo el matrimonio no dio para más.

En el último día del mercado de pases de 2013, se confirmó su transferencia desde el Real Madrid al Arsenal por una cifra millonaria: 47 millones de euros (US$ 56 millones). Era el jugador de moda, uno de los talentos que copaba las portadas de los medios británicos. Y además, al año siguiente fue campeón del mundo con Alemania.

En Londres, Özil ganó ocho trofeos: cuatro Copas FA y cuatro Community Shield. En la campaña 2015-2016 registró la segunda mayor cantidad de asistencias en la Premier League en una sola temporada (19), lo que le permitió generar un nuevo acuerdo económico con el club desde 2018: 350 mil libras semanales (1,4 millones de libras al mes, US$ 1,9 millones), por tres años y medio. Más que una suerte de incentivo o reafirmación de confianzas, esto pasó a ser una mochila pesada.

Las actuaciones de Özil con los Cañoneros comenzaron a no tener brillo (su displicencia era foco de la crítica) y su relación con el español Unai Emery, quien llegó como reemplazante de Arsene Wenger, era distante. El panorama no cambió con Mikel Arteta, quien también lo relegó a un segundo plano. Ni siquiera fue inscrito para la Premier y la Europa League. Eso explica que el mediocampista registre cero minutos jugados en lo que va de la temporada.

Algunos importantes medios británicos como el Daily Mail han establecido que el nuevo contrato del jugador con el Arsenal “destrozó la estructura salarial del club” y que, en retrospectiva, es “uno de los errores financieros más importantes del Arsenal de la década anterior”.

Revisando las estadísticas del alemán en Londres, sus números fueron en permanente caída. En la 2016-2017 jugó 44 partidos y anotó 12 goles. En la anterior, la 2019-20, disputó 23 encuentros y solo pudo convertir una vez.

Mesut Özil

El volante encontró una vía de escape en Estambul. Arribó en la madrugada del lunes 18 de enero al aeropuerto de Atatürk, siendo recibido por una delegación del Fenerbahçe, su nueva casa, y con la expectación de la prensa. “Estoy muy emocionado. Siempre he sido del Fenerbahçe. Para mí se cumple un sueño. Estoy deseando vestir la camiseta y espero que tenga éxito junto a mis compañeros”, declaró Özil, quien cumplirá con el anhelo de jugar por el club del que es hincha.

Ayer fue presentado oficialmente y firmó su nuevo vínculo. Jugará con el dorsal 67.

Recobrar su nexo con la primera línea del fútbol justo en Turquía no es casualidad. Cuando le quedaban seis meses para finalizar su contrato con el Arsenal, logra recalar en el país de origen de sus padres. Eso no es todo. Tiene una larga amistad con el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien incluso fue el padrino de su boda en 2019. Un año antes, previo al Mundial de Rusia, una reunión entre Özil y Erdogan, en la que también estaba Ilkay Gündogan (otro futbolista alemán-turco), causó revuelo en Alemania, en momentos cuando las relaciones políticas entre los dos países no eran las mejores. De hecho, Özil decidió renunciar a la selección acusando discriminación racial por ser turco y musulmán. “Soy alemán cuando ganamos y un inmigrante cuando perdemos… Mi madre me enseñó a ser respetuoso siempre y a no olvidar nunca de dónde vengo. No reunirme con el presidente habría sido una falta de respeto a las raíces de mis antepasados”, manifestó en aquella ocasión.

Arteta explicó por qué permitió la salida: “Un jugador con su importancia que no está jugando, y que no está en la plantilla, es una situación muy difícil de sostener por las dos partes… Si un futbolista quiere jugar y nosotros no podemos ofrecerle minutos, esa situación tiene que resolverse”.

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