El Campanil acecha
Los universitarios derrotaron por 2-1 a los cementeros y se meten de lleno en la lucha por el título. Los sureños son el único escolta de la UC.
La UC había cedido terreno. El Campanil lo aprovechó. Merecido triunfo sureño frente a un conjunto cementero que salió a especular.
Partido clave en la lucha por el campeonato. Para los penquistas, esta era quizás la última oportunidad de seguir en la pelea por el torneo, luego de una segunda rueda para el olvido, donde de los últimos cinco solo habían ganado uno. Los cementeros venían en racha, peleando palmo a palmo con la UC y de ganar alcanzaban la punta junto a los cruzados. Finalmente,
Unión La Calera salió a la cancha con un esquema inédito. La pizarra de Rivero planteó un partido desde el contraataque, con tres defensores centrales en el papel, pero los volantes laterales se retrasaron y formaron una línea de cinco. Cerrados y ordenados, buscaron continuamente a Barbieri con el pelotazo, el único hombre en punta y también, el único que inquietó al Tigre Muñoz con un remate de fuera del área que se estrelló en el travesaño. Pobre producción calerana.
El Campanil salió con una actitud radicalmente distinta, es que no querían ceder más. Presión intensa y alta presencia en el campo rival. Cuando más hicieron daño fue con los balones detenidos. A los 3', tras un saque de esquina, Camargo cabeceó en el área y Rodríguez sacó en la línea. Dos minutos más tarde, el joven Ponce encaró y remató desde el borde del área, pero el Halcón González hizo su aparición. A los 18', Alvarado amagó nuevamente la celebración penquista, tras sacar el balón cuando estaba entrando. Era un monólogo de los universitarios, que al 38' agigantó la actuación del meta calerano, quien sacó un cabezazo a quemarropa.
En el segundo lapso se hizo justicia e inmediatamente. Fue en los pies de Ponce a los 49', tras una pelota que se llevó Huentelaf con la mano. Tras una serie de rebotes, el delantero quedó solo frente al Halcón, lo eludió con categoría y definió con el arco a disposición.
Tras el gol, Rivero borró el primer libreto, metió dos cambios ofensivos y fue en búsqueda de la paridad. La apuesta fue el espigado Monreal. Siete minutos necesitó para empatar el partido con una jugada individual plagada de habilidad. Un verdadero golazo del formado en la UC que le dio vida a los caleranos.
Cuando los cementeros eran más, llegó el batacazo sureño en los pies de Droguett. A los 78', tras un grosero error de González, quien cortó un centro y la pelota quedó servida para el el 10 del Camapanil.
Mereido triunfo para los locales, quienes se ilusionan con pelear y porque no, alzarse como los mejores.
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