El capitán Gabriel Arias encabeza el anhelo continental de Racing

El año se termina y las competencias entran en época de definiciones. Así sucede con la Copa Sudamericana, que este sábado tendrá su final en Asunción (17.00 horas de Chile). Dos equipos de rica historia aspiran a volver a sentir los aires de grandeza que perdieron a nivel continental.

Racing y Cruzeiro desembarcan en territorio paraguayo para adueñarse de “la otra mitad de la gloria”. De paso, se ratifica la hegemonía de los elencos brasileños y argentinos en las competencias de clubes de la Conmebol.

A un lado está la Academia que dirige Gustavo Costas, un emblema viviente de la institución, que dejó en el camino a Corinthians en semifinales. El técnico pasó por Palestino. Por el otro, asoma la Raposa que comanda Fernando Diniz, campeón de la Libertadores 2023 con Fluminense, que avanzó a la definición tras dejar en el camino a Lanús.

Un chileno será protagonista de la jornada. Gabriel Arias no solo es el arquero titular de la tienda albiceleste, sino que además es el capitán. Desde que llegó al club de Avellaneda, se fue convirtiendo en un referente. Hasta la fecha suma 218 partidos disputados, con 212 goles recibidos. A los 37 años, afrontará su primera final internacional.

El neuquenino está a 90 minutos de alcanzar la corona más relevante de su carrera, cuando atraviesa la madurez de su trayectoria deportiva. “Siempre fue un objetivo, desde que llegué al club, llegar a una final internacional. Es el premio a no haber bajado nunca los brazos y dar todo por esta camiseta”, afirmó el arquero en la rueda de prensa oficial del viernes, en compañía de su técnico. “Tuvimos peaks de rendimiento, goleadas, además mucho aprendizaje en partidos distintos. Estamos en un gran momento, por aplomo, y confiamos en nuestro potencial. Será un lindo partido contra Cruzeiro”, agregó el ex Unión La Calera.

Esta final ante el equipo de Belo Horizonte asoma en un momento particular para el portero argentino naturalizado chileno, transformado en uno de los pilares del equipo (al otro lado de la cordillera le dicen ‘Gaviota’), Por un lado, hace un par de meses se vio involucrado en una polémica al criticar la actitud de sus compañeros luego de una derrota en el torneo local. Por otro, esta final aparece luego de que dejara de ser considerado en la Selección.

Con el arribo de Ricardo Gareca, pasó a ser el segundo del arco de la Roja, tras Claudio Bravo. Quedó de manifiesto en el amistoso contra Paraguay, en junio pasado, cuando el retirado golero salió por lesión y quien lo reemplazó fue Arias, en desmedro de Brayan Cortés.

Posteriormente, sin el exmeta del Barcelona, se hizo de la titularidad para los partidos de Eliminatorias ante Argentina y Bolivia. Esa icónica derrota ante los altiplánicos fue el último partido del argentino-chileno como seleccionado nacional. Hoy, el titular indiscutido es Cortés.

Este partido se hace relevante para el fútbol argentino porque marca un antiguo anhelo de Racing, uno de los cinco grandes: volver a ser campeón de un torneo continental. No gana una copa internacional desde hace 36 años. Fue la Supercopa Sudamericana de 1988, en la que se impuso precisamente al Cruzeiro. Un dato torna la situación aún más particular: en ese entonces, Gustavo Costas era zaguero de la Academia, que dirigía Alfio ‘Coco’ Basile.

Luego de su paso por Palestino en 2022, con el cual terminó cuarto en el Torneo Nacional, el argentino se hizo cargo de la selección boliviana, pensando en las Eliminatorias rumbo a 2026. Sin embargo, el flojo arranque abortó el proceso en octubre de 2023. A fin del mismo año, concretó su retorno al equipo del cual se ha declarado un furibundo hincha. “Racing es el amor de mi vida”, manifestó el DT en diálogo con ESPN. “Soy primero de Racing y después argentino”, añadió un Costas que vive y respira fútbol. Sobre todo, con los colores celeste y blanco.

Cerca de 50 mil fanáticos argentinos se han desplazado a la capital paraguaya. Se anticipa que los albicelestes serán locales en el estadio de Cerro Porteño. Arias puede ser quien levante el trofeo del campeón.