En el circuito hay pocos jugadores más mediáticos que Kyrgios. El australiano a lo largo de su carrera ha copado la atención de los medios y los fanáticos gracias a su juego, pero por sobre todo a su forma de ser. Es un rupturista en un mundo lleno de etiquetas. Sobresale, para bien o para mal. Así fue que se ganó el apodo del chico malo del tenis. Algo que parece quedar cada vez más atrás. La pandemia lo cambió y en Wimbledon ha dado una clase de honestidad y cordura. Deja el torneo lesionado, pero crecido como persona.

Desde que el Covid se multiplicara por el mundo, el nacido en Canberra solo ha disputado tres torneos. Desapareció de las canchas por todo 2020, enfocando sus energías en ayudar a sus compatriotas más dañados por la pandemia. Recién volvió a comienzos de este año, para el Open de Australia. Ahí jugó un torneo previo y el Grand Slam.

Y tras la aventura en su país, volvió a a borrarse del tour hasta Wimbledon. Ahí contó sus motivos para no ser parte de los torneos durante la pandemia. “La burbuja es la razón por la que no jugué en gran parte del año. Tomé la decisión, me conozco a mi mismo y no me digo mierda a mi mismo. Me pregunté, Nick ¿vas a poder estar bien de cabeza para ir cada semana a una burbuja?, y dije que no”, comentó a la prensa para luego felicitar a los que sí optaron por ese camino, “no es fácil desconectarse del tenis. Para tener resultados semana a semana en las burbujas debes ser resiliente. Tengo que felicitarlos, porque aman este deporte”.

Wimbledon mostró a un Kyrgios feliz. Durante las tres rondas que disputó en el All England Club no hubo nunca una mala cara ni un episodio irrespetuoso. Las raquetas rotas, las peleas con los jueces y los piques con el público, parecen ser cosa del pasado. Incluso terminó muy afectado al no poder concluir su partido contra Félix Auger-Aliassime. La pena no es por perder, si no por no poder seguir compartiendo con los fanáticos.

Hace unos días dejo clara esa postura frente a la prensa. “Me encanta este torneo, amo Wimbledon, me gusta hasta el olor de las pistas. Hubo un tiempo en que venía aquí y ni siquiera me divertía, estaba deprimido, pero ya no me presiono tanto, simplemente juego como me gusta jugar y disfruto siendo yo mismo”, una declaración en la cual profundizó cuando se comparó con el Big Three.

“Estoy mucho más liberado que hace años, ahora disfruto de la competición, renuncio a ganar Grand Slams. Sé que a mucha gente le puede ofender, pero deben respetar mi elección y lo que hago con mi vida. Lo que deseo es divertirme y que mis partidos sean un espectáculo. No todos podemos ser dioses como Federer, Nadal o Djokovic. Ellos son gente que inspira a millones de personas en todo el mundo, pero debe haber tipos con los que mucha gente pueda identificarse, que atraigan a muchos fanáticos. Yo soy Nick Kyrgios, un tipo normal y estoy contento de ser como soy”, confesó.

Pero no solo quedó ahí. Kyrgios también entregó sus visiones a futuro, una donde el tenis no está muy presente. Su vida no gira en torno a la raqueta y tiene claro que comienza a vivir los últimos años de su aventura como tenista. “He vivido muchas cosas y hay muchas cosas que quiero hacer fuera del tenis. Cuando era joven me puse un límite. No quería jugar más allá de los 28 o 29 años, porque estos son los mejores años de mi vida y quiero pasarlos con mi familia, mi novia y mis amigos”, comentó, aunque no descartó la posibilidad de volver a competir pasado los treinta.

Nick está tranquilo. Disfruta y confiesa que se emocionó al jugar dobles con Venus Williams. Son pequeños detalles que muestran la transformación del ex chico malo del circuito. Hoy esa etiqueta está caducada, él solo es diferente.

Garin y el Chino, también en sus declaraciones

Pero Kyrgios no solo habló de él mismo. Tuvo palabras para varias situaciones que se viven en el mundo, incluso dialogando sobre dos chilenos. Christian Garin y Marcelo Ríos.

Al primero le prestó todo su apoyo tras los ataques recibidos en redes sociales por haberse bajado de los Juegos Olímpicos. “Alguna gente en redes sociales son idiotas. Todos creen que tienen una voz y eso es malo. Que le digan esas cosas a alguien que está en la segunda semana de Wimbledon es rídiculo. Espero que Christian no se vea tan afectado. Es una decisión inteligente y es terrible saber que ha recibido esa clase de comentarios”, añadió el actual 60 del mundo en conferencia de prensa.

Y sobre su rival de la exhibición en septiembre, Marcelo “Chino” Ríos, solo tuvo elogios. “Es de los más talentosos de la historia del tenis. Estoy muy emocionado, llegaron con esta propuesta de hacer la exhibición, y es genial poder jugar contra una leyenda del deporte, y en su ciudad natal. Vamos a dar un gran espectáculo, va a ser genial. Seguramente va a ser uno de los últimos eventos que juegue antes de volver a casa, así que lo aprovecharé al máximo”.

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