Mauricio Etcheverry ya opera en Azul Azul. El flamante asesor del directorio laico ha combinado sus labores para interiorizarse de la dinámica de la concesionaria que administra a Universidad de Chile con el inicio de su vinculación con el entorno que afecta al equipo estudiantil. Busca, de hecho, achicar al mínimo posible el margen de error en la tarea de que el equipo de Diego López se aleje de los últimos puestos.
Hoy, por ejemplo, la ex mano derecha de Sergio Jadue en el directorio de la ANFP sostuvo una reunión clave. De hecho, técnicamente, su visita a Quilín marcó su retorno después del traumático fin del ciclo del calerano en el directorio de la corporación. Concretamente, el serenense se apersonó ante la Comisión de Árbitros, que ahora encabezan Patricio Basualto, Jorge Díaz y Juan Reyes. La visita tenía un objetivo protocolar: dar cuenta del rol que cumplirá en el conjunto universitario y, en efecto, presentarse en relación a esta.
Reclamos
Etcheverry aprovechó la visita para otro propósito: plantear algunas quejas respecto del comportamiento referil en los partidos de los universitarios. Expuso, por ejemplo, que le inquietaba la disparidad de criterios en la toma de decisiones de los jueces, que en su evaluación han generado perjuicios a los intereses de la escuadra estudiantil. Reparó, por ejemplo, en la expulsión del uruguayo Álvaro Brun en el duelo frente a Curicó Unido y la comparó con determinaciones distintas que han tomado los jueces ante situaciones familiares.
Un nombre apareció en la conversación, a propósito de esa consideración: el del juez Piero Maza. El árbitro internacional tuvo a su cargo el Superclásico ante Colo Colo y evitó una sanción similar en una jugada que involucró al argentino Agustín Bouzat. Maza estaba a cargo del VAR en el choque entre los laicos y los torteros.
Controversia
El arribo de Etcheverry al CDA solo ha conseguido tensionar aún más el ya tirante ambiente en el club universitario, una realidad que incluye desde la magra campaña del equipo estudiantil hasta las manifestaciones de descontento que han realizado los hinchas frente a la presencia de Azul Azul y a la incertidumbre respecto de los dueños de la institución.
Sin ir más lejos, a propósito de la llegada del ex dirigente de Deportes La Serena, un sector del directorio laico pidió explicaciones derechamente, considerando que ni siquiera había sido informado ni consultado respecto de la determinación.
Menos radical fue la postura del presidente de la ANFP, Pablo Milad. “Ha participado y tiene un club en La Serena, de Tercera División. A él le gusta el fútbol, fue dirigente de La Serena y a las personas que nos gusta el fútbol nunca nos gusta estar muy alejados de él, el ruido lo tiene que hacer cada uno, nosotros tenemos una buena relación con cada uno de los clubes, tenemos un departamento de atención a clubes que se dedica a solucionar los problemas que a veces quedan en el tintero y a veces quedan dando vueltas, por eso tenemos una relación muy cercana con todos y cada uno de los clubes y no vamos a hacer distinción por una o por otra persona”, esgrimió el timonel del fútbol chileno.