El Clásico fue azulgrana. Por tercera vez en lo que va del año, ahora en el Camp Nou, Barcelona y Real Madrid se encontraron en una cancha, en el duelo más potente del orbe a nivel de clubes. Con un final trepidante, con emociones al por mayor, el local se quedó con la victoria (2-1) y va derecho rumbo al título del fútbol español.

El plus del choque entre catalanes y madridistas era que el devenir de LaLiga se ponía en juego. Entraron al partido con nueve puntos de diferencia, a favor de los culés. Por lo mismo, una victoria del Barcelona podía estirar la diferencia con el escolta y encarrilar, eventualmente, la ruta hacia la corona. Además, los antecedentes eran favorables para los de Xavi Hernández, porque ganaron los dos juegos anteriores en 2023 (por la Supercopa y la Copa del Rey).

Una ausencia de peso tuvo esta confrontación. No se hizo presente en el estadio Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid. Por primera vez, desde que es el timonel de la Casa Blanca, que no asiste al clásico en el Camp Nou. Esto se da en medio de toda la polémica que se abrió a raíz del Caso Negreira y las acusaciones de corrupción en contra de los azulgranas (por pagos a la empresa que tenía el ex jefe del Comité de Árbitros de España), de la que se hizo parte el Madrid. Quien sí vio el encuentro en las tribunas fue Pep Guardiola, de corazón culé.

Desde el arranque, el Barcelona se posó en el territorio blanco y se generó algunas ocasiones, las que generaron destacadas intervenciones de Courtois. El belga fue quien evitó que el anfitrión abriera la cuenta. Y en la otra área, el Madrid tuvo la fortuna de su lado para encontrar el 1-0 parcial. En los nueve minutos, un centro de Vinícius se desvía en la cabeza de Ronald Araújo y el balón se mete en la portería de Ter Stegen. La primera acción profunda de la visita, en ataque, termina en gol.

Durante el primer tiempo, el Real Madrid fue paciente. Se tomó su tiempo cuando tenía la pelota. Mientras que los azulgranas seguían insistiendo. Se acercaron con un cabezazo de Christensen (24′) y un tiro de Raphinha (34′). A tiro del entretiempo, el equipo de Xavi encuentra la igualdad. Tras unos rebotes en el área merengue, Sergi Roberto remata y aleja el balón de la estirada de Courtois para decretar el 1-1.

El escenario estaba abierto de cara al complemento. Los blancos, que tuvieron el 48% de posesión de balón durante los 45′ iniciales, encontraron más espacios para avanzar hacia el área culé, sin embargo carecieron de precisión a la hora de definir. Siempre se privilegió el costado izquierdo, en el cual apareció Vinícius. Pero el joven brasileño no terminaba bien las jugadas.

Si bien el Barcelona contó con mayor tenencia de pelota en el segundo periodo, aquello no le permitió generar riesgo real en el arco de Courtois. En ese sentido, Robert Lewandowski, el goleador del torneo, no tuvo la mejor de sus noches.

Hacia la recta final del clásico, ya con varias modificaciones en ambos, el Barcelona trató de darle un segundo aire a su ímpetu. En los 74′, lo tuvo Raphinha con un remate de zurda, atajado por Thibaut Courtois. Luego, un tiro de Lewandowski se fue muy cerca del primer palo del belga. Y como generalmente sucede en este tipo de encuentros, la polémica tenía que estar.

A nueve minutos del epílogo, Marco Asensio convierte el 2-1 para el Madrid, conectando un envió de Carvajal. El Camp Nou no lo podía creer. Sin embargo, la jugada se revisó en el VAR por una eventual posición de adelanto. En efecto, por muy poco, el anotador estaba off side. Anulado el tanto. Alivio para los culés.

La historia tenía preparada otra cosa. Del posible 2-1 para Madrid, se pasó al 2-1 del Barcelona. En el tiempo añadido, un centro bajo del punzante lateral Baldé encuentra por la banda contraria al marfileño Franck Kessié, quien anota y desata la algarabía total en el Camp Nou. Un gol que puede valer un campeonato y ante el archirrival. Nada menos.

Con este resultado, el Barcelona de Xavi Hernández lidera la tabla de posiciones con 68 puntos, sacando 12 unidades de diferencia sobre su escolta, el Real Madrid de Carletto Ancelotti (56). El Clásico se tiñó de azulgrana, para acercarse cada vez más al título del fútbol español.

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