En el quinto minuto de tiempo añadido, Patricio Rubio anota el empate 2-2 de Alianza Lima con Estudiantes de Mérida, el pasado miércoles, por la Copa Libertadores. El partido no significaba demasiado para los peruanos, que ya estaban eliminados del torneo. De todos modos, Mario Salas festejó con todo el tanto del delantero chileno, como si se tratara de una victoria agónica o trascendental. Pero no. Era solo un empate. Quizás se trata de una señal de la travesía del entrenador en el equipo íntimo, desatar algunas ataduras que ha tenido en su segunda experiencia en el fútbol incaico.
Alianza es un club grande, así como Colo Colo. Además, tiene una larga e histórica ligazón con Chile. El Comandante desembarcó en Lima en medio de la pandemia (la que sufrió en carne propia, ya que tuvo coronavirus) con otro cartel, luego de su exitoso paso por Sporting Cristal. Por lo mismo, las expectativas eran altas. No obstante, con el paso del tiempo, y de los partidos, los resultados no acompañan el trabajo del Comandante. Su proyecto no logra despegar.
El registro completo de Salas en Alianza Lima muestra 11 partidos dirigidos y solo dos victorias. Esto se completa con seis empates y tres derrotas, lo que arroja un 36,4 por ciento de rendimiento. Eso sí, una de las dos victorias que tiene fue por secretaría. El duelo ante Binacional, por la liga peruana, era originalmente su debut en el club, no obstante el duelo fue postergado luego de un brote de coronavirus en su rival (infracciones al protocolo), coincidiendo también con la suspensión del fútbol ese fin de semana (inicios de agosto) por incidentes de hinchas de Universitario en las afueras de un estadio, rompiendo las medidas sanitarias puestas por la pandemia. Alianza pidió los puntos y se le concedieron. El asunto es que, hasta el fin de semana pasado, ese era el único triunfo del equipo. Vencieron 0-2 a Carlos Stein y mejoraron, en parte, el escuálido rendimiento del plantel.
Remitiéndose solo a los partidos jugados en cancha, el Alianza Lima de Salas tiene apenas nueve puntos de 30 posibles, dando un 30% de rendimiento. Si en la Copa Libertadores ya quedaron eliminados, en el Apertura peruano marchan decimoterceros, con 18 puntos, muy lejos de la cima. La U de Lima lidera la clasificación con 35 unidades.
Cuando perdió ante Racing en casa, resultado que sentenció su suerte en la Libertadores, Salas pidió paciencia. “Siento que es indispensable tener buenos resultados para confirmar los procesos y proyectos. De alguna forma, la paciencia y convicción son palabras claves para cualquier proceso en la vida… No lo veo como una crisis. Creo que todas las cosas requieren tiempo. Creo que nuestro mensaje está llegando, por lo que más temprano que tarde se van a dar los resultados”, manifestó.
Públicamente, a lo menos, la directiva mantiene la fe en el trabajo del DT nacional. “Sabíamos que el cambio de metodología nos iba a costar e iba a tomar algún tiempo llegar a rendimientos superlativos. La responsabilidad de Alianza Lima es el día a día. Hay un apoyo total al profesor, confiamos en su conocimiento y existe una exigencia máxima para los jugadores. ¿El proyecto con Salas está sólido? Sí, total. Al menos de parte mía y de las personas de la comisión técnica y de la planeamiento y desarrollo confiamos mucho en Mario”, afirmó el director deportivo Víctor Marulanda.
Uno de los tantos chilenos que pasaron por Alianza Lima fue Oscar Wirth. El exgolero es consciente de la presión que se tiene estando en un club grande. “Si aflora algún problema, eso está dado porque Alianza es un equipo muy importante. Por el hecho de ser popular, su hinchada quiere estar siempre primero. Si eso no se logra, eso recae en el técnico”, dice el exmeta de los íntimos.
Luego de su traumático inicio de 2020 con Colo Colo, Salas encontró una nueva oportunidad en un fútbol que le tiene respeto. De momento, los resultados no se le dan.