Hace tiempo que un clásico universitario no era tan definitorio. Porque más que el orgullo y el amor propio, el título y la clasificación a la Libertadores también estarán entre ceja y ceja. La U y la UC chocan hoy por 187ª vez en su vida y lo hacen con realidades muy disímiles.
Por un lado, la solidez defensiva de un cuadro cruzado que ha liderado casi de principio a fin el campeonato, con la valla menos batida de todas y una idea que, a pesar de los críticos, se mantiene incólume. Con un equipo que aunque con lo justo, casi siempre gana: todos sus triunfos a lo largo de la segunda rueda solo tienen un gol de diferencia.
Por el otro, la irregularidad hecha equipo: los azules acumulan más malas que buenas a lo largo del año, pero su seguidilla de triunfos aún los tienen con opciones matemáticas de alcanzar el título. ¿Difícil? Demasiado, pero en el seno del cuadro laico han asegurado que mientras haya chances, no bajarán los brazos.
Como sea, más que la corona (un objetivo que parece irreal si se comparan las campañas de ambos elencos), para el Romántico Viajero el triunfo resulta imperioso. Porque ganar lo acercaría a la Copa (hoy está a un punto de entrar a la fase previa y a dos de la ronda de grupos) y, en el peor de los casos, robarle puntos a la Católica le haría darle una mano a Antofagasta y la U. de Conce, los perseguidores de la UC.
Para el equipo de Beñat San José, la U representa, quizás, el escollo más complejo en su afán de conquistar el 13° título en la historia del club. Ya dejó en el camino al Campanil la fecha pasada y hoy, a solo cuatro del final y con cinco puntos de ventaja sobre su más cercano perseguidor, el clásico rival asoma como contendor ideal. Para espantar cualquier atisbo de remontada y para acumular energía y sobre todo confianza de cara a la recta final.
Claro que para eso los cruzados deberán dejar atrás los más de seis meses que acumulan sin victorias en calidad de visitante. Han estado a punto de cortar esa racha, como con Unión Española en septiembre, pero se dejaron empatar sobre el final. Así, el 0-1 frente a O'Higgins del 14 de abril se transforma en un lejano recuerdo de la última vez que la Católica sumó tres puntos como forastero. Después empató con San Luis, la UdeC, Palestino, La Calera, Audax Italiano y los mencionados hispanos. A ellos se suma Huachipato, último equipo al que visitó la UC y con quien cayó inapelablemente por 3-0.
Para eso Beñat, tan asiduo a aprovechar los momentos de confianza de los jugadores, se apoyará en que la fecha pasada Marcos Bolados y Andrés Vilches tuvieron un buen cometido y volverá a confiar en ellos para jugar desde el arranque. El DT hispano hará tan solo un cambio (obligado, por cierto) respecto al equipo que venció al Campanil. Será Germán por Germán: Lanaro, de vuelta tras su fecha de castigo, reemplazará al desgarrado Voboril. Rebolledo, también disponible luego de purgar una fecha de sanción, irá a la banca. Misma situación que el capitán Álvarez, ya recuperado físicamente. Y Munder será el quinto extranjero, aunque solo será alternativa.
Por el lado azul, Frank Kudelka lamenta la ausencia de Beausejour por acumulación de amarillas y aguardará hasta último momento a David Pizarro para ver si lo incluye al menos en la banca. Pek ha sido la gran duda de la U a lo largo de la semana. Si no va, el juvenil Iván Rozas irá entre los siete hombres de alternativa.
De lo que sí está seguro el DT argentino es de sus hombres de ofensiva: a Arancibia y Henríquez se sumará Soteldo. El venezolano lentamente deja atrás su episodio de indisciplina que lo dejó al margen de la victoria frente a Everton. Durante la semana el cuerpo técnico y los referentes hablaron con el talentoso jugador, quien prometió no volver a caer en los mismos errores e intentará responder con una buena presentación en el clásico de este mediodía.
Así llegan ambas universidad al clásico 187. El más importante de los últimos años.
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