En 2017 la Selección Chilena debía enfrentar por primera vez en su historia la Copa Confederaciones. La idea era clara. El gen competitivo de la Generación Dorada, que la llevó a disputar dos Mundiales seguidos y ganar dos Copas Américas consecutivas, solo permitía un objetivo: obtener un nuevo trofeo.

Los bicampeones de América se medirían a Alemania, campeón del Mundo, a Rusia, anfitrión del siguiente mundial y a los campeones de todos los torneos continentales: Portugal de Europa, México de Concacaf, Camerún de Africa, Nueva Zelanda de Oceanía y Australia, país ubicado geográficamente en Oceanía pero que representa a Asia.

Adelante habían duros escollos, pero, en la práctica, solo dos representaban una amenaza más profunda. Uno de esos era Alemania, que acorde a su estructura futbolística acostumbrada a rotar y siempre presentar nuevas estrellas y jugadores de primer nivel, llevó un equipo completamente alternativo, pensando en el futuro, y que solo contaba con tres campeones del Mundo: Julian Draxler, Shkodran Mustafi y Matthias Ginter, ninguno protagonista en la cita planetaria.

En tanto, la selección lusa no imponía lo acostumbrado por el representante de la UEFA. Un año antes, Portugal obtuvo su primer título continental, pero no demostró un gran desempeño, pues empató cuatro partidos en la copa y salió como vencedor solo en tres, algunos con bastantes complicaciones. De todas formas, la presencia de jugadores de categoría y sobre todo de Cristiano Ronaldo, significarían un peligro para cualquier equipo que los enfrentara.

Dudas en la previa

Chile, que venía de salir imponerse en el torneo amistoso China Cup, disputaría tres amistosos previos a la cita. El primer rival sería Burkina Faso y, tal como indicaba la lógica, la Roja venció cómodamente a los africanos por 3-0. Sin embargo, aquí comenzaron las dudas.

El segundo partido fue con Rusia, equipo anfitrión de la competición y que se encontraba en el otro grupo. Chile empató 1-1 y se vio muy complicado por los europeos. Los rusos llegaron en demasía sobre el arco custodiado por Johnny Herrera, quien reemplazó a Claudio Bravo y respondió de buena manera. Además, la falta de gol y profundidad fue la tónica de aquí en adelante.

Con Rumania, rival del tercer amistoso y que tenía una menor envergadura, la Selección Chilena ganaba con tranquilidad por 2-0 en 18 minutos. Los europeos también tendrían sus ocasiones y a los 31′ lograrían su descuento. No obstante, con la expulsión de Medel en el 33′, el encuentro se complicó y, a pesar de que Chile profundizó, terminó perdiendo por 3-2, lo que traería muchas incertidumbres de cara al debut por el certamen.

Chile cayó por 3-2 ante Rumania en el último encuentro amistoso previo a la Copa Confederaciones.

Debut en Copa Confederaciones

El 18 de junio en el Spartak Arena de Moscú, Chile enfrentó a Camerún en su debut. El duelo estuvo marcado por la ausencia de Claudio Bravo, que llegó lesionado al torneo, y la aparición de Alexis Sánchez en el segundo tiempo. La Roja comenzó de buena forma y mereció irse en ventaja al descanso, pero una gran actuación del arquero Fabrice Ondoa, sumado la desestimación de un tanto de Eduardo Vargas por el VAR, lo impidieron.

En el complemento el repliegue de los africanos parecía imponerse y los dirigidos por Juan Antonio Pizzi no encontraban su mejor versión. Las vacilaciones comenzaban. No obstante, la personalidad y el liderazgo de Arturo Vidal, sumado al ingreso de Alexis Sánchez, fueron claves para sumar los tres puntos. El primer gol vino a los 81′ por obra del volante que actualmente milita en el Inter de Milán, tras imponerse en un tiro de esquina y marcar un gran gol de cabeza. El segundo tanto vino en el 90+1′. Luego de que Sánchez eludiera a la defensa camerunesa y fallara su remate, Vargas capturó el rebote y marcó el segundo gol, aunque nuevamente apareció el VAR para revisar la imagen y poner suspenso. Finalmente, el gol sería validado y sellaría el sufrido encuentro para los nacionales.

La Selección Chilena celebra en la victoria por 2-0 ante Camerún. (Foto: Getty)

Alexis y su histórico gol

Alemania sería el siguiente rival. La nueva generación teutona venía de vencer 3-2 a Australia y asomaba como un duro rival. El duelo, que se llevó a cabo en el Kazán Arena el 22 de junio, era relevante para definir al probable primero del grupo, lugar al que ambas selecciones aspiraban.

Tras un error en la salida alemana, Alexis Sánchez realizó una buena combinación con Vidal y abrió el marcador a los 6′, convirtiéndose en el máximo goleador histórico de la selección chilena. Con el marcador abajo, Alemania salió a buscar el partido y, con dos selecciones que buscaron proponer, el duelo se volvió muy entretenido. A los 42 minutos y luego de una gran jugada colectiva, Lars Stindl marcaría el empate definitivo, dejando a ambas selecciones con cuatro puntos a falta de una jornada del cierre del grupo B.

Alexis Sánchez marco el 1-0 parcial frente a Alemania y se convirtió en el goleador histórico de la Selección Chilena. (Foto: Getty).

Sufrido pase a semifinales

Chile, que contaba con el regreso de Claudio Bravo, se enfrentó a Australia en el último encuentro de fase de grupos. En el duelo que se disputó el 25 de junio en el estadio del Spartak, los oceánicos complicaron ampliamente a la Selección Chilena. Si bien, la Roja comenzó de gran manera en el encuentro, poco a poco la intensidad fue bajando producto del juego brusco que propusieron los australianos. James Troisi, en el 42′, pondría la sorpresa y el nerviosismo en el camarín de los nacionales, que se fueron perdiendo al descanso, sin embargo, Martín Rodríguez marcaría el empate a los 67′. Con ocasiones despreciadas de ambos lados, Australia realizaría una excelente presentación y complicaría a Chile en múltiples oportunidades.

Australia hizo ver muy mal a Chile. Los oceánicos realizaron una excelente presentación ante la Roja que volvió a la vida en el segundo tiempo gracias al tanto de Martín Rodríguez. Con este empate, los dirigidos por Juan Antonio Pizzi sumaron cinco puntos, dos menos que Alemania, por lo que los nacionales se terminarían cruzando en semifinales con la selección portuguesa comandada por Cristiano Ronaldo, primera del Grupo A.

Capitán y héroe

El 28 de junio fue la noche de Claudio Bravo, quien no llegó de la mejor forma al certamen. El arquero nacional venía sin la continuidad acostumbrada debido a una lesión que sufrió en el Manchester City, es por esto que recién se incorporó en el tercer duelo de la copa. La semifinal contra Portugal se disputó en el Kazán Arena y enfrentaba al bicampeón de América con el campeón de Europa.

La Roja se mostró aguerrida durante todo el encuentro y se paró de igual a igual frente al equipo liderado por Cristiano Ronaldo. El encuentro se fue a la prórroga, momento en el que Chile tuvo más determinación, pero falló las oportunidades que se le presentaron en el arco de Rui Patrício. Incluso, llegando a fin del encuentro, un penal cometido por José Fonte sobre Francisco Silva no fue revisado por el VAR. El defensor llegó tarde y pisó al Gato, quien se anticipó y adelantó el balón. La polémica se instalaba en Kazán. Para colmo, Chile desperdició dos claras oportunidades cuando acababa el partido. Luego de una gran jugada de Silva en el área lusa, el volante cedería el balón a Vidal, quien remató de primera desde fuera del área, golpeando el vertical derecho y, para más remate, en el rebote Rodríguez envió la pelota al travesaño. La fortuna definitivamente no acompañaba a la Selección Chilena.

120 minutos sin goles. Llegaron los penales y Claudio Bravo se convirtió en figura. Para Chile anotaron Vidal, Charles Aránguiz y Alexis Sánchez, pero todos los reflectores apuntaron al arquero nacido en Buin, pues tapó los tres lanzamientos de Portugal. Joao Moutinho, Ricardo Quaresma y Nani sufrieron ante el guardameta que dejó a Chile en la final.

28 de Junio del 2017/KAZAN Gary medel y Claudio Bravo, celebran tras vencer por penales a Portugal en la semifinal de la Copa Confederaciones. FOTO: RODRIGO SAENZ/AGENCIAUNO

Los errores cuestan caro

Una vez más Alemania, pero el escenario esta vez era la final. El duelo se disputó el 2 de julio en San Petersburgo y marcó una de las decepciones más grandes de la Generación Dorada.

Chile comenzó el encuentro con intensidad y una presión alta. Lo que, sumado al gran juego colectivo de la Roja, significó una superioridad absoluta por sobre una tímida Alemania. Esto duró hasta los 20 minutos del primer tiempo, momento en el que el conjunto nacional sufrió el error de Marcelo Díaz. El volante perdió el balón en la salida ante la presión de Timo Werner, quien cedió a Stindl para que marcara el único tanto de la final con el arco a su disposición.

Marcelo Díaz perdió el balón ante Timo Werner en la jugada que terminó en el gol de Lars Stindl. (Crédito: MLADEN ANTONOV/AFP/Getty Images).

La Selección Chilena no pudo igualar, pese a sus intentos. Marc-André ter Stegen puso el cerrojo en su arco y evitó las ocasiones de la ofensiva nacional. En el recuerdo quedaron las dos ocasiones perdidas sobre la hora. Primero, Vidal recibiría un remate al borde del área chica y, con su pie menos hábil, mandaría el balón por sobre la portería alemana. La más icónica es la falla de Ángelo Sagal. El delantero recibió una habilitación tras un gran esfuerzo de Edson Puch y, nuevamente desde el borde del área chica, con el arco a disposición remataría muy por encima del travesaño. Todo Chile miraba atónito cómo se escapaba la oportunidad de empatar el encuentro ante la base de una selección que clasificaría al Mundial de Rusia, pero que quedaría eliminada en fase de grupos.

La Roja se quedó con el segundo puesto en un torneo que la Generación Dorada ansiaba ganar, pero que estuvo marcado por la falta de concreción en el arco rival. La confianza ya no era la misma y, el cuadro dirigido por Pizzi debía volver a pensar en las Eliminatorias para Rusia 2018. Nadie imaginaría que el golpe anímico, además de una serie de factores y hechos concretos, desencadenarían en el triste y conocido final del camino hacia la cita planetaria. Finalmente, Chile se quedaría a las puertas de la clasificación, hecho que conllevó la primera gran crisis dentro de la Generación Dorada y un quiebre dentro del camarín de la Selección Chilena.

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