El conservador estilo de Gustavo Poyet que aún no convence en la UC

El estilo defensivo de Gustavo Poyet aún no convence al plantel de la UC.
El estilo defensivo de Gustavo Poyet aún no convence al plantel de la UC. FOTO:FRANCISCO LONGA/AGENCIAUNO

Jugadores como José Pedro Fuenzalida y Fernando Zampedri han expresado públicamente que a Católica le falta ser más profunda. El uruguayo sostiene que prefiere ganar 1-0 en vez de 5-4. Al plantel no le termina de convencer el modelo del charrúa, menos protagónico que el de Ariel Holan y Gustavo Quinteros, los últimos técnicos cruzados.



Las caras felices no abundan en Universidad Católica. El fútbol que ha mostrado desde la llegada de Gustavo Poyet no tiene conforme a nadie en San Carlos de Apoquindo, pese a que el uruguayo subraya que ha habido mejoría. Un juego opaco, defensivo, de poco protagonismo, sin presión alta, con poca iniciativa y sin la intensidad que el uruguayo prometió cuando llegó. Un estilo muy distinto al que tuvo la UC en sus dos últimas temporadas, al mando de Gustavo Quinteros y Ariel Holan, y que la hicieron destacar sobre el resto.

Hasta ahora, el modelo del charrúa, pese a ser un 4-3-3, ha proyectado una imagen muy pobre, con la Supercopa como única excepción (el segundo tiempo para ser más específicos), en el debut del técnico oriental. Sin embargo, los cruzados no volvieron a repetir esa brillante media hora final donde aplastaron a Colo Colo, con cuatro goles en 27 minutos, y que les permitió quedarse con el trofeo, después de ir 0-2 abajo en el marcador.

Los propios jugadores han demostrado su descontento con gestos, discusiones y declaraciones mucho más críticas que lo habitual. La última derrota ante Atlético Nacional, en Medellín, en el debut de la Copa Libertadores, dejó varias señales. Mientras Poyet le gritaba a Fernando Zampedri que subiera y que no se quedara rondando en el mediocampo, el delantero, muy ofuscado, le replicaba: “¡Pero si ni me mira!”, en referencia a la lejanía que tenía con los defensas.

Precisamente, la versión 2021 de la UC es un equipo largo. A ratos, larguísimo. Para el entrenador oriental es fundamental tener el arco en cero y le ha transmitido eso a los jugadores, a tal punto, que pareciera ser el principal objetivo del juego. Eso ha tenido como consecuencia que en la cancha el equipo se agrupe, principalmente, en zona propia, resguardándose. ¿El damnificado? Zampedri.

El argentino ha sufrido en estos primeros partidos. Solo contra el mundo, muchas veces. Así como expresó su disconformidad en Colombia, también lo hizo en la segunda fecha del Torneo Nacional, ante Palestino. Los cruzados vencían 2-0 en la precordillera, tenían el control del juego, pero retrocedieron en demasía. Les cedieron la iniciativa a los árabes, que, sin muchos recursos, se encontraron con la posibilidad de descontar, gracias a un fortuito penal de Valber Huerta.

Antes de esa jugada, los estudiantiles se habían generado dos contragolpes en los que Zampedri, literalmente, chocó con la defensa tricolor al no encontrar a ningún acompañante. Por eso, cuando Luis Jiménez se aprestaba a ejecutar la pena máxima, el Toro se acercó a Cristian Paulucci, ayudante de Poyet, y le dijo: “¡Pelado, empieza a hablar, hermano! Estamos tocando la pelota al pedo acá abajo. ¡Cuatro a cero tenemos que ir!”. El uruguayo estaba ahí mismo, al lado de su asistente.

A diferencia de 2020, cuando se transformó en el goleador del campeonato local, con grandes actuaciones y 20 goles, en el comienzo de este nuevo proceso no ha podido lucirse. Su calidad y jerarquía le ha permitido anotar tres veces ya (ante Colo Colo, Palestino y Curicó), pero ya no participa en el juego como lo hacía con Holan. Su semblante de frustración en cada partido es constante, debido a que apenas le llega la pelota.

Por eso, sus palabras fueron un desahogo en Medellín, tras el término del partido. “Nos pasa siempre lo mismo. Por desconcentraciones perdemos los partidos y si no corregimos eso se hará muy cuesta arriba la Copa Libertadores. Cada uno de nosotros debe hacer una autocrítica y seguir adelante, pero hay que mejorar mucho”, advirtió, molesto.

Aquel partido dejó situaciones curiosas para la realidad que ha vivido la UC desde 2016, con cinco títulos de Primera División en cinco años. Por ejemplo, la transmisión oficial captó una discusión entre Matías Dituro y Tomás Asta-Buruaga cuando los cruzados se iban a camarines. Ambos parecían recriminarse la jugada del segundo gol verdolaga.

Inmediatamente después, otra escena protagonizada por el portero. Una cámara instalada en el túnel apreció cuando el argentino empujaba a Ignacio Saavedra y Luciano Aued hacia los costados, como abriéndose paso.

Se trata de situaciones que pocas veces se vieron durante esta época de dominio cruzado y que, por lo mismo, llaman la atención. Hasta el siempre comedido José Pedro Fuenzalida reconoce que les falta mejorar bastante. “Debemos achicar el margen de error. En el primer tiempo nos faltó profundidad. Sabemos que podemos jugar bien, pero debemos concretar en el arco rival”, apuntó el Chapa, tras la caída ante Nacional de Medellín.

Obligación de mejorar

Los cruzados enfrentan mañana a Argentinos Juniors, en la segunda fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores, con la obligación de dejar los tres puntos en la precordillera. Otro resultado comprometerá en demasía las aspiraciones de avanzar a los octavos de final, objetivo esquivo de la temporada 2011.

“Tenemos que estar concentrados en todas las líneas para responder. Pero estaremos en casa y queremos hacer pesar que somos locales. Tuvimos tiempo para corregir los errores de la Copa. Arrancamos bien, nos faltó profundidad, pero las distracciones nos complicaron”, dijo Gastón Lezcano.

“Tenemos nuestras armas y corrigiendo las cosas que hemos trabajado, el equipo puede mejorar y dejar los tres puntos acá el jueves. Hemos visto videos nuestros, en los cuales se marcaron los errores y desatenciones que tuvimos. Fueron cinco o siete minutos en que la pasamos mal. Hay que trabajar y estar más atentos a la hora de marcar y las pelotas detenidas”, agregó el Gato.

Poyet ha reiterado que la UC no está jugando como él quiere, que le falta equilibrio entre defender y atacar. Sin embargo, también ha dicho hasta el cansancio que prefiere ganar 1-0, sufriendo, que ganar 5-4. “No soy un lírico”, sentenció tras la mezquina victoria ante Curicó Unido.

En dicho encuentro se pudo apreciar la molestia de Diego Buonanotte tras ser reemplazado cuando la UC lo pasaba mal ante los torteros. Al Enano no le gustó el cambio y se lo hizo saber a Poyet cuando salía de la cancha.

Por ahora, los resultados y el poco tiempo de trabajo que lleva al mando respaldan a Poyet. El beneficio de la duda aún lo tiene. Sin embargo, sus propios dirigidos reclaman mayor profundidad y protagonismo, al tiempo que entregan señales de no estar conformes con el estilo de juego, muy distinto al modelo protagónico que encumbró a la Universidad Católica en el último tiempo.

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