Charles Aránguiz es el gran deseo de Universidad de Chile. El retorno del Príncipe es ampliamente esperado por los hinchas azules. Hay varias razones para que el regreso sea aguardado con ansiedad. El puentealtino participó en la campaña más gloriosa de la escuadra laica en el último tiempo, que incluyó la obtención de la Copa Sudamericana. Si se concreta la venida, se reencontrará con otro sobreviviente de ese plantel: Marcelo Díaz.
El volante está decidido a enrolarse en el cuadro laico. La U tiene la misma disposición para contratarle. De hecho, los azules han dedicado parte de las últimas horas a afinar detalles que parecen anecdóticos, pero que cobran un especial simbolismo en este caso: pretenden ‘recuperar’ el número 20, la dorsal que marcó el primer paso del ex jugador de Cobreloa, Colo Colo, Quilmes y el Bayer Leverkusen por la institución.
La advertencia
Si se concreta la operación, el Charles Aránguiz que llegará a la U será, naturalmente, distinto. De hecho, lo hará con 35 años. Es decir, ya en la recta final de su carrera. En la última Copa América no pudo ser parte de la Selección, aunque Ricardo Gareca ha manifestado que, como en el caso de todos los históricos, lo mantiene en vista de cara a las Eliminatorias.
La explicación radica en su condición física, precisamente la materia de la que alertan en Brasil. Aránguiz presenta edemas óseos en ambos tobillos, consecuencia de anteriores lesiones. “Sigue en tratamiento y no tiene plazo para estar a disposición del cuerpo técnico”, consigna Globo Esporte. Esa situación instala una alarma, considerando, ciertamente, la magnitud de la operación que implicaría el fichaje.
Para el Colorado, la partida de Aránguiz no es una materia demasiado preocupante. La amplia variedad del plantel le permitiría soslayarla sin mayores inconvenientes. El equipo dirigido por Roger Machado cuenta con varias opciones en esa zona: Fernando, Thiago Maia, Rômulo, Bruno Gomes, Bruno Henrique y Matheus Dias,
Decidido a venirse
Aránguiz está decidido a volver a la U. El mismo medio de comunicación consigna que el jugador ha tomado protagonismo en la negociación y que le ha manifestado concretamente su aspiración a la dirigencia del Inter. La voluntad necesariamente debe ser mutua, porque el contrato que liga a ambas partes vence recién en un año más.
En ese contexto, en Brasil apuntan a que el club gaúcho pretende conseguir un resarcimiento económico, que seguramente tendrá que costear la U, lo que aumentaría la inversión que tendrían que realizar en La Cisterna para asegurar su fichaje.