El crack adolescente

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En julio de 1998, cuando el hoy técnico de Francia, Didier Deschamps, levantaba la copa de campeón del mundo, Kylian Mbappé todavía no había nacido. 19 años tiene la estrella del entierro de Argentina en octavos. Apenas 19 años. Y ya pinta para crack a nivel internacional.

Su actuación frente a la albiceleste fue una bocanada de aire fresco para la constante búsqueda de estrellas en el planeta fútbol. Su endemoniada velocidad, su extraordinario control del balón en carrera y su frialdad en la definición transformaron el Kazán Arena en el escenario perfecto para estremecer a la afición con su potencia y desconcertar a los rivales con su habilidad.

La imagen desesperada de los argentinos persiguiéndole media cancha antes del penal del primer gol, la gambeta larga en el tercero y su precisión en la conversión del cuarto ya se inscribieron en la lista de las imágenes más destacadas de lo que va de Mundial. El registro de Mbappé en el pase a cuartos.

Transformado en el segundo jugador más caro de la historia después de que el PSG le pagara 180 millones de euros al Mónaco por su pase, Kylian ha cautivado a la hinchada parisina por sobre el gran precio de la temporada: el brasileño Neymar. Con 21 goles y 18 asistencias en 44 partidos en el último curso, el joven francés ha desperdigado talento en el Parque de los Príncipes, opacando a la estrella brasileña, quien, según cuentan en los pasillos de Versalles, se siente incómodo ante el protagonismo alcanzado por este chico desenfrenado que no le teme a nadie ni respeta jerarquías.

Aunque aún está lejos de la consagración absoluta, Mbappé parece predestinado a suceder en el estrellato a la generación de Messi y Cristiano. Tiempo le sobra, recién en diciembre cumplirá 20 años. Pero él quiere todo ahora, tiene prisa por alcanzar la gloria. Y es que Kylian, tal como hace en la cancha, quiere las cosas rápido, como todo buen adolescente.

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