“El curso es más completo que varios; no iban a firmar la lista y ya”: el INAF responde los dardos de Johnny Herrera

En el Instituto Nacional del Fútbol se percibe una serie de sensaciones. Hay molestia, pero, sobre todo, decepción. El dardo que lanzó Johnny Herrera al programa que certificó a varios de los integrantes de la Generación Dorada para dirigir en el fútbol profesional generó extrañeza. Lo que duele, dicen, es el cuestionamiento a un plan que se diseñó, precisamente, como reconocimiento a la amplia experiencia con que cuenta el grupo de futbolistas más exitosos que ha dado el país.

La vocería la adopta George Biehl. El exjugador de Santiago Wanderers y Colo Colo, quien también luce un exitoso pasado como atleta, es el Subdirector Metodológico en Fútbol del INAF. En esa condición, tuvo que servir como tutor de varios de los futbolistas que se beneficiaron del plan.

Biehl establece de entrada las exigencias del curso que siguieron los jugadores. “Tiene que ver con la cantidad de horas. Nosotros nos regimos por el ministerio de Educación. Tenemos una carrera de técnico de fútbol y otra de entrenador. La técnica fue la que impartimos para los jugadores que van los días lunes. La otra permite ejercer en otros contextos, como las municipalidades, por ejemplo. Los técnicos van directamente al fútbol. Se les reconoce la experiencia que han tenido en la actividad. Es el caso de la Generación Dorada”, establece.

Biehl analiza directamente las referencias de Herrera. “Ahora, cuando Johnny dice que es un curso muy resumido, efectivamente tiene menos horas, porque es un curso técnico que reconoce la experiencia internacional que han tenido estos jugadores. Vidal tuvo técnicos como Guardiola, Conte y Ancelotti. Eso se lo reconocemos. La claridad para ver el fútbol, sus ideas, son superiores. Lo mismo pasa con sus compañeros. Cada uno acumuló experiencias y formación”, resalta.

En Quilín recuerdan específicamente el paso del exarquero de la U por las aulas. “Herrera hizo el proceso de la primera licencia, la A, que le permitiría trabajar en el fútbol formativo. Y no quiso inscribirse en la Pro. Es súper válido, también. Estuvo un año acá”, sostiene.

El programa se adaptó a las exigencias y compromisos que tienen que afrontar futbolistas que, en su gran mayoría, siguen en la primera línea. “Dura dos años y algo, un plazo mucho mayor que lo que podría demandar. Tenían clases los martes y jueves, de 16 a 19 horas online, más tutorías que tenían que realizaban un par de horas a la semana. Y había una parte presencial en la que eran evaluados. Es una carrera técnica y así y todo, de acuerdo a lo que dijo Johnny, es superior a cualquier curso en Sudamérica guiado por Conmebol. O a los que se hacían antes en Chile, que eran de un mes intensivo. Este tiene más horas que esos cursos que dictan todas las federaciones. No es tan resumido ni mucho menos”, sostiene Biehl, nuevamente, tomando como referencia fundamental los conceptos que vertió el exportero.

Su afán tampoco es enfrentarse directamente. “Lo que pasa es que Johnny es Johnny. Su opinión es respetable. Pero tiene una equivocación. Tal vez le falta mayor información”, explica.

Luego, vuelve a la metodología, su ámbito de acción. “Ellos fueron guiados constantemente. Estuvimos siempre en contacto con ellos, de manera formal en las horas que estaban destinadas. Ellos tenían carta libre para comunicarse con nosotros constantemente, también. No es que iban a firmar la lista y ya. Ahora, estaba la posibilidad de que las clases online se podían programar. Esas clases que eran grabadas, quedaban al acceso de ellos también, en la eventualidad de que, por sus compromisos profesionales no pudieran estar en alguna. Eso se traducía en participación. Entonces, no. No era llegar y firmar la lista”, apunta.

En la ceremonia en que se entregó el certificado respectivo fueron distinguidos Mark González, Rafael Olarra y Marcelo Díaz. Fueron los de mejor rendimiento en cuanto a calificaciones. Biehl, sin embargo, destaca una faceta fundamental en Arturo Vidal. “La parte práctica que presentó Vidal fue excelente. Muy buena. Mostró un gran manejo del grupo, de la metodología. No fue nombrado ayer, quizás porque la presentación oral no tuvo el mismo nivel, pero la práctica fue buenísima. Vimos el proceso de maduración que tuvo desde la primera licencia, para lo formativo, hasta esta. Estuvo mucho más comprometido, más maduro. El trabajo práctico fue buenísimo”, resalta.

El Rey, probablemente como un reflejo de su personalidad, apuntó directamente al primer plano competitivo. Hubo otros participantes igualmente destacados a nivel académico, pero que muestran inquietudes distintas. En ese plano, por ejemplo, están Matías Fernández y Felipe Gutiérrez, quienes han dejado entrever que se abocarán al trabajo formativo. “Lo importante es que todos cuentan con las herramientas y los conocimientos para realizar ese trabajo. Ese era el objetivo de este programa”, vuelve a resaltar Biehl, ahora a modo de conclusión.