El descanso de Vrsaljko
El lateral del Atlético protagoniza una conmovedora exhibición durante 120 minutos pese a que su presencia estaba casi descartada por un esguince de rodilla.
Pocas imágenes describen mejor lo sucedido ayer en el Estadio Luzhnikí que la del defensor Šime Vrsaljko tumbado sobre una bandera croata tendida en el césped al término del duelo ante Inglaterra, extenuado y sonriente. Pocos futbolistas encarnan mejor que él el conmovedor esfuerzo realizado por todo el equipo balcánico para instalarse por primera vez en su historia en la final de una Copa del Mundo. Porque eran muy pocos los que creían que el lateral del Atlético de Madrid sería capaz siquiera de jugar ese partido.
"Jugaré con una pierna si hace falta", protestaba, sin embargo, el carrilero derecho nacido hace 26 años en Zadar, tan solo algunas horas antes del inicio del duelo, tras conocer el diagnóstico de su lesión sufrida en el encuentro de cuartos ante Rusia. Un esguince en la rodilla izquierda que prácticamente descartaba su presencia ante los ingleses. Pero Vrsaljko jugó -vaya si jugó-con las dos piernas y un corazón inflado de pasión y compromiso.
Omnipresente en el ataque por el flanco derecho y solidario siempre en el retroceso, el despliegue físico del zaguero de apellido impronunciable fue sencillamente apabullante. Pero su aportación no terminó ahí. De sus botas nació el tanto del empate en el minuto 68. Un centro teledirigido del futbolista desde la derecha tras acomodarse el balón con el muslo, pegado a la línea de cal, fue transformado en gol por Perisic, desatando la revolución ajedrezada. Un levantamiento que a punto estuvo de truncarse en el primer tiempo de la prórroga, en un cabezazo autoritario de Stones (todavía con 1-1) a la salida de un córner. Pero entonces emergió otra vez la figura titánica del colchonero, que evitó, también con la testa, el tanto británico sobre la misma línea de gol.
Y no fue hasta el ansiado pitazo final que el lateral se derrumbó por fin sobre el césped y se puso a soñar sobre la bandera croata.No era para menos. Llevaba 124 minutos de pie. Luchando.
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