El desolador llanto de Endrick, la figura de 16 años del Palmeiras que no soportó la presión por su sequía goleadora

Una de las grandes revelaciones del Palmeiras en la temporada 2022 fue el joven Endrick, de apenas 16 años. En su corta carrera, el delantero ya puede contar que se coronó campeón del Brasileirao con el Verdao el año pasado. Por lo mismo, el Real Madrid no dudó en poner 35 millones de euros sobre la mesa para quedarse con el pase de este promisorio jugador. Sin embargo, las frustraciones propias de la vida futbolística lo hicieron colapsar.

Endrick no ha podido marcar goles en lo que va de este año. En total son 10 encuentros, en los que en ocho su DT Abel Ferreira lo ha alineado como titular en el centro del ataque. En el último compromiso de Palmeiras, en el triunfo 2-0 ante RB Bragantino por el Campeonato Paulista, el artillero rompió en llanto al no poder torcer su suerte.

Al minuto 60 de partido, el entrenador del Verdao decidió sustituirlo por Giovani Henrique. El chico de 16 años salió del campo, se sentó en la banca, se tapó la cabeza con un peto de entrenamiento y comenzó a llorar desconsoladamente.

La sucedido lógicamente preocupó al cuerpo técnico, a los hinchas y a los medios brasileños, quienes vieron cómo un juvenil se quebró en plena cancha. Su entrenador, Abel Ferreira, lo respaldó de inmediato al ser consultado por lo que pasó en su banquillo: “Es un chico que marcó goles decisivos el año pasado, nos ayudó a ganarle al Atlético-MG. Le pido que no pierda la sonrisa en su rostro”, comenzó diciendo. A eso, agregó, intentando quitarle algo de presión: “Por supuesto, hay una presión tremenda que tiene que marcar cinco, seis goles, que él mismo trata de manejar. Marcará en el momento adecuado. Hay que estar tranquilo, que no se pierda la sonrisa”.

El DT portugués también hizo énfasis en que este tipo de situaciones se las encontrará en el futuro en su carrera: “Fracasará, tendrá éxito. Tiene 16 años, si juega normalmente como lo hacen aquí, jugará hasta los 40. La plantilla está para ayudarle, el entrenador, el club está para ayudarle”.

Por último, el adiestrador efectuó una pequeña autocrítica por lo que sucedió con el joven Endrick: “No soy su padre, pero debí darle un abrazo. Es diferente estar sentado ahí y luego entrar para cargarlo en un entorno de alta presión. Tienes que estar tranquilo, seguir sonriendo y recordar la alegría cuando fuiste a Disney”.