Mauricio Isla será el último refuerzo de Colo Colo. El directorio del Cacique aprobó las condiciones del acuerdo que había suscrito la Comisión Fútbol. Después de una ardua negociación, se llegó a un entendimiento en dos sentidos: por un lado, se satisficieron los requerimientos económicos del jugador y, por otro, se acordó la cláusula de salida con Independiente, el club con el que mantenía contrato.
La operación es costosa (solo los Diablos Rojos recibieron US$ 300 mil), pero el beneficio proyecta ser mayor: Jorge Almirón cuenta por fin con el lateral derecho de jerarquía que le había pedido encarecidamente a la dirigencia. Ese puesto y el de centrodelantero, que llenó con el arribo de Javier Correa, a cambio de US$ 1,8 millones, una de las operaciones más altas de la historia de Blanco y Negro, eran los que necesitaba fortalecer para aspirar alto en el Campeonato Nacional y en la Copa Libertadores. Al menos en su percepción.
Una cuenta pendiente
Isla entrará al Monumental como la estrella que es. Su amplio currículo, forjado principalmente en el extranjero, pues en Chile solo jugó en la UC, el equipo que le formó, pero en el que solo debutó en la parte final de su trayectoria, justifica esa consideración. Ni hablar del protagónico rol que sigue teniendo en la Selección, donde es uno de los referentes del equipo, en función de su cartel de integrante de la Generación Dorada.
Al margen de que rendimiento en el equipo de Las Condes no fue el mejor, el buinense garantiza jerarquía. De hecho, en su paso por el fútbol argentino recuperó buena parte de su nivel, lo que hizo que el club de Avellaneda resistiera su partida o, al menos, optara por exigir un resarcimiento proporcional a la pérdida.
Lo que no está claro es cómo será su relación con los fanáticos albos. Hay dos razones para plantearse la disyuntiva: la confesa condición de hincha de Universidad de Chile, que incluso lo llevó a decir que defendería a ese club en el fútbol chileno y hasta a entrenar en el CDA, y la aguda recepción que tuvo en la primera ocasión que visitó Macul, con la camiseta de la UC.
Cánticos, burlas y un acto fallido
El 4 de octubre de 2022, Colo Colo se encaminaba hacia la obtención de su trigésimo tercer título nacional. En el Monumental, tenía que recibir a la UC, en un duelo que revivía una rivalidad histórica, pero que en los últimos años también había adquirido una alta intensidad. El duelo tuvo que aplazarse porque en el Arengazo previo, la presencia de fanáticos sobre la cornisa del sector Cordillera terminó por hacerla colapsar. Hubo que esperar, entonces, hasta la remoción de los escombros.
Esa noche, Isla era parte de la UC. Los fanáticos del Cacique no tuvieron consideración alguna con su figura. O, más precisamente, la tuvieron, pero el sentido absolutamente contrapuesto al de una bienvenida. Apenas el Huaso fue nombrado por los altoparlantes del recinto, recibió la pifia más sonora, en una muestra evidente de que su presencia no resultaba especialmente grata.
Lo peor vendría después, cuando se escuchó con nitidez un ofensivo cántico que no solo insultaba al jugador. Además, incluía alusiones a su exesposa, Gala Caldirola e involucraba a Mauricio Pinilla.
No fue la única relación, aunque en la otra perfectamente puede hablarse de un acto fallido. Ese mismo día, en la antesala del partido, la cuenta de la UC publicó que el vestuario estudiantil se vestía “de gala” para recibir al equipo. Las reacciones no tardaron en producirse.