Deportes Concepción pretendía vivir una fiesta, pero terminó festejando Melipilla. No por nada, buena parte de la capital penquista despertó más temprano este jueves. Había que sumarse a la extensa caravana que trasladaría a más de ocho mil fanáticos hacia el recinto de la región de O’Higgins. Partieron con una mezcla de ilusión y ansiedad, que comenzó a diluirse a poco del pitazo inicial, cuando quisieron hacer sentir su presencia. “Somos locales otra vez”, relucieron mientras el equipo de Manuel Suárez se reunía para la última arenga. O para la “aleonada”, como prefieren decir. Terminaron en shock.
El regreso será triste. Como feliz para los hinchas de los Potros. En una angustiosa definición por lanzamientos penales, el equipo de Víctor Quintanilla obtuvo lo que había ido a buscar: el retorno a la Primera B. En esa instancia, donde no se puede fallar, los morados erraron dos veces. Lo pagaron caro. El retorno al fútbol grande se posterga, cuando menos, por una temporada.
Inicio intenso
Dos minutos tardaron los sureños para acercarse al arco de Darío Melo, a través de un balón detenido que ejecutó Claudio Fernández y Brayan Valdivia no alcanzó a capitalizar. Fue el primer aviso. El otro llegó al instancia. Una falta de Francisco Arenas en la entrada del área les dejó a los sureños un tiro libre en inmejorable posición, que terminó rebotando en la barrera. La señal, de todas formas, era clara: los penquistas querían ser protagonistas. Al otro lado, Nicolás Araya no experimentó sobresaltos en la apertura del duelo.
El Potro dependía de una inspiración de Albano Becica y Josué Ovalle. El segundo fue, de hecho, quien disparó por primera vez al arco, en los 18′. Ese minuto estuvo, además, marcado por una alerta: Matías Rodríguez, uno de los llamados a aportar la experiencia, tuvo que irse al borde de la banca para recibir atención. El exazul se recuperó y volvió.
Hubo un momento dramático. Un cabezazo entre Carlos Escobar y Cristián Magaña provocó la angustia de los cuerpos técnicos y el ingreso veloz al campo de juego para atenderlos. Ambos continuaron en la cancha con vistosos vendajes.
A esta altura, el partido había cambiado de cariz. Se había transformado en un duelo más físico, lo que parecía favorecer a la escuadra de Víctor Quintanilla, decidida a aprovechar algún contrataque mediante Becica u Ovalle, sus hombres más punzantes. Concepción perdía la claridad conceptual que había mostrado en los primeros minutos.
El todo por el todo
El inicio del segundo tiempo mantuvo la tónica: Concepción volcado en ataque y Melipilla resistiendo con solvencia. Y, como en la primera etapa, Ovalle se las siguió ingeniado para llevar peligro. Concretamente, en los 51′, exigió a fondo al golero Araya. Perfectamente pudo ser la apertura de la cuenta.
Pasado los 50′, Rancagua ardía. Por un lado, Concepción reclamó un penal contra Mesías y, en la jugada siguiente, Taiva aceleró a fondo y terminó la jugada con un balonazo en el horizontal. Ambas hinchadas procuraron hacerse sentir y traspasar el aliento a sus jugadores. Fue el momento más intenso de la jornada. La intervención de Magaña justo para evitar el cabezazo de Escobar fue otra muestra de compromiso absoluto.
En los 65′ se produjo una situación clave. Valentín Demateis fue expulsado por un fuerte golpe contra Escobar. Los Potros tuvieron que reorganizarse y solo Luis Vargas mantuvo la presencia ofensiva más nominal. El ariete salió del campo algo mareado.
Concepción tuvo, naturalmente, más espacios. Que, en los 75′, Valdivia, Mesías y Núñez pudieron aprovechar. Una jugada conjunta, de hecho, encendió alarmas en la defensa melipillana. El portero Melo resolvió con seguridad. Melipilla volvió a ajustar su zaga. Ahora, a una férrea línea de cuatro defensores. Igual, tuvo un acercamiento más al pórtico lila. Taiva cabeceó débilmente y Araya no tuvo problemas para contener. Los metropolitanos optaron no correr riesgos y cerraron la puerta.
Sin más argumentos ofensivos de lado y lado, aunque los sureños se jugaron la última carta con el ingreso del histórico Gabriel Vargas, llegó el pitazo final de Millas y la sentencia a la definición por penales. La historia esperaba a ambos equipos para definir entre héroes y villanos.
Luis Vargas abrió la tanda y marcó con tranquilidad. Ignacio Mesías tomó la responsabilidad del primer lanzamiento lila y también anotó. Becica se situó detrás del balón y venció a Araya. Silva eligió un disparo violento al centro y se convirtió en villano. Melo interceptó el balón con su brazo izquierdo. Taiva alargó la ventaja con angustia. Vargas acortó la diferencia. Benjamín Inostroza marcó el cuarto para los Potros. Brayan Valdivia erró el último lanzamiento. Melipilla volvía a la B. Concepción aún tiene que esperar.