"Hola, soy Matías Fernández. Acabo de bautizarme con Julito, con Marquitos, con todos los miembros de la iglesia... Así que los invito a todos a participar, a dar el primer paso de obediencia. Yo creo que es lo mejor que uno puede hacer: seguir a Dios. Es el único que te da la felicidad y la tranquilidad para llevar una vida feliz". Con esas sentidas palabras y con un ejemplar en la mano del Discipulado Bíblico, el volante entregaba sus primeras impresiones tras consagrarse al cristianismo, un camino que comenzó años antes, y por una cuestión legal. Más precisamente a fines de 2006.
"Un amigo de Matías, Claudio Valenzuela, me llama un día y me dice: 'Oye, Sotovich, hay un muchacho que tiene dudas con su contrato y necesita que lo asesoren. Es Matías Fernández. ¿Lo puedes ayudar?'", recuerda Carlos Soto, expresidente del Sifup. Él y su directiva, en su mayoría cristiana, comenzaron a tener una relación de mucha cercanía con el jugador que, en ese momento, se disponía a partir a Villarreal y que recientemente se había convertido en el Mejor Jugador de América.
Soto fue estrechando su vínculo con el volante, quien poco a poco fue interesándose por la fe: "Estuve en La Calera, y me fui relacionando con su familia muy cariñosamente. Y, en la mayoría de los casos, todo comienza por la conducta. Por ejemplo, me decía 'no te he escuchado decir un garabato'. y eso va llamando la atención y de ahí él continuó perseverando, estudiando y dedicándose, algo que llevó tanto a su vida profesional como personal".
Julio Pastén también forma parte del círculo religioso de Matías. El controvertido extesorero del Sifup se transformó en pastor y fue quien dirigió el matrimonio del actual volante de Colo Colo con Alejandra Santibáñez. Ha sido su guía espiritual, al igual que el de una gran cantidad de futbolistas, como Julio Barroso, Marcos González, David Pizarro, Luis Pedro Figueroa, Justo Villar, entre otros. Sin embargo opta por el silencio a la hora de hablar de su discípulo en la fe: "No tengo nada que decir por la prensa. Muchas gracias".
Pese a que públicamente se muestra como una persona de muy bajo perfil, el calerano es un líder dentro del camarín. Y así lo reconocen sus propios compañeros. Víctor Dávila, hoy en Pachuca, reveló en septiembre pasado su admiración por el 14 de los blancos en una entrevista con La Tercera. "Tuve el agrado y la oportunidad de conocerlo. Un referente futbolístico, un líder y una persona extraordinaria", contó.
Matías también se transformó en un líder religioso y hasta su vestimenta cuenta con algunos mensajes de fe. Como por ejemplo, la célebre polera con la frase "conversa con Dios", inserta en un logo similar al de la marca Converse.
En México dio un paso más y bautizó al defensa Igor Lichnovsky, a quien ungió junto a Pastén, en una piscina. "El bautismo tiene que ver con un grado de cercanía y confianza. Siempre lo hace un líder, un pastor o alguien cercano. Y así lo ha hecho Matías. En mi caso, Orlando Mondaca me bautizó", explica Carlos Soto, quien formó parte del Coquimbo Unido 91, el primer equipo chileno que entró a la cancha repartiendo biblias.
A diferencia de otros fieles, los futbolistas son un caso aparte, ya que debido a las largas concentraciones y a los partidos es complejo que asistan a un templo, por lo que se congregan en grupos de estudio, donde se analiza la palabra de Dios y se fortalece el hábito de la oración. En esos encuentros también se suman las esposas y los hijos de los jugadores.
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Una imagen de una de las tantas reuniones de estudio de Matías Fernández junto a familiares, amigos y otros futbolistas como Víctor Dávila y Luis Felipe Gallegos.[/caption]
La fe y el rendimiento
En octubre de 2017, Claudio Borghi, técnico de Fernández en Colo Colo y la Selección, lanzó una teoría sobre la carrera de su expupilo, atribuyendo su irregular desempeño a la religión. "Es obvio que en un momento Mati dijo 'hasta aquí nomás llego' y no quiero escalar más'. No sé, puede ser algo religioso. Desde que se convirtió como que decidió quedarse en lo que había logrado", comentó el Bichi a Las Últimas Noticias.
Carlos Soto plantea que esa visión, que también comparten varios hinchas, no es certera. "Hay una concepción errada de eso. Si fuera así, no hubiese podido jugar 10 años en Europa. La opinión pública se queda en el rendimiento del último año en Colo Colo, donde era muy joven y tenía poca experiencia. Luego, llega a un medio competitivo, con otra exigencia. Acá era indiscutido. De igual manera, su carrera ha sido exitosísima. Él siempre me comenta que había tres jugadores superlativos: Bravo, Vidal y Alexis y después venía el resto, entre los que estaba él", sostiene. Y apunta: "Pienso que fuimos egoístas con la carrera de Matías internacionalmente. Milan, Fiorentina, Sporting y Villarreal son clubes de primera línea. También están la intensidad y la exposición a las lesiones, y los cuerpos son distintos. Eso es un mito. Además, fue titularísimo en la era Bielsa, que fue la época en que cambió el fútbol chileno".
El psicólogo Enrique Aguayo cree que el rendimiento no está relacionado con la religión. "Las personas pueden ser creyentes o no, pero los rendimientos son por cosas circunstanciales. Puede que en Colo Colo vuelva a su mejor nivel y los que opinan eso después van a opinar otra cosa". El profesional cree que "la fe es algo bastante personal, pero que lleva a los jugadores por un camino de valores positivos".
El psicólogo, quien conoció de cerca a Fernández durante toda su etapa formativa, resalta las cualidades humanas del astro. "Matías es de los jugadores más centrados y más maduros que he conocido. Desde chico fue así. Él es un ejemplo de vida, un jugador austero, de bonita familia, casado con una niña muy inteligente y estudiosa. Es un modelo a seguir", asegura.
Soto coincide en que la imagen que irradia será muy positiva para Colo Colo. "Él representa valores que ojalá mucha gente tuviera. Él puede convivir con todo el mundo. De hecho, su compañero de pieza siempre fue Arturo Vidal, con quien hasta el día de hoy tiene una gran relación", expresa el expresidente del Sifup.
En sus primeros días en el Monumental, Matías se ha acercado a los jugadores más jóvenes, a quienes aconseja frecuentemente. Al fin y al cabo, sabe que su labor en el Cacique va más allá de ser simplemente un jugador de fútbol.