La imagen de Julio Barroso celebrando el triunfo con la nariz ensangrentada es un reflejo de cómo fue ese partido en Brasil entre Corinthians y Colo Colo, hace exactos dos años. El defensor del Cacique jugó más de media hora con una fractura de tabique. Pero sería injusto quedarse solo con la sangre del Almirante: las tapadas de Agustín Orión y un oportuno cabezazo del retornado Lucas Barrios le dieron una anhelada clasificación a los albos a cuartos de la Copa Libertadores tras 21 años, pese a caer por 2-1 ante el Timão. Tito tapia, sin saber lo que le esperaba unas semanas después, era alabado por los dirigentes y le devolvía competitividad internacional a un equipo que estuvo al borde del abismo ante Delfín.

Las otras heridas del Cacique

Colo Colo estaba en deuda. Volvía a jugar los octavos de la copa luego de 10 años de ausencia y traumáticas eliminaciones en fase de grupos en las últimas temporadas. Además, desde 1997 que no era capaz de ganar una llave de eliminación directa en la competición, mismo año en que estuvo por última vez entre los ocho mejores de la competencia. Registros nefastos para un conjunto que supo ganar la Copa Libertadores en 1991, pero que en sus últimas campañas carecía de jerarquía internacional. Para colmo, la Universidad de Chile, el archirrival, fue dos veces semifinalista (2010 y 2012) durante ese mismo periodo de tiempo, además de ganar la Copa Sudamericana (2011). La mochila del Cacique pesaba, y mucho.

Los albos perdonaron en la ida

Suena raro decir que Colo Colo pudo, prácticamente, definir la serie en el partido de ida jugado en el Monumental, el 8 de agosto. El responsable de que eso no ocurriera fue el portero Cássio de Corinthians, con espectaculares salvadas que dejaron la llave abierta para la vuelta. El tanto de Carlos Carmona a los 38′ y la expulsión del mediocampista Gabriel a los 54′, pusieron sorpresivamente el encuentro muy favorable para los albos, quienes buscaron por todos los medios un segundo tanto que les permitiera estirar la ventaja. Pero ahí fue cuando apareció la figura del arquero de 33 años, que venía de ser mundialista con Brasil en Rusia 2018. Finalmente, solo fue 1-0 en Santiago.


Un comienzo difícil

Como se esperaba, Corinthians salió con todo en el partido de vuelta jugado en San Pablo. Los brasileños ahogaban la salida del Cacique y neutralizaban el planteamiento de Tito Tapia. En ese lapso, con Colo Colo aguantando, Claudio Baeza comete una infantil mano en el área, la que es convertida en gol gracias al lanzamiento penal de Jadson a los 17′. En pocos minutos, el Timão ya igualaba lo efectuado por los albos en Santiago.


El gol clave

Transcurrieron los minutos y los de Macul ya pasaban al ataque con más frecuencia. Corinthians bajó su imponente ritmo inicial sin imaginar que eso, al final, les terminaría costando la clasificación. Jorge Valdivia tocó hacia la izquierda para Damián Pérez, el lateral argentino centró para Lucas Barrios y la Pantera se metió entre los centrales para poner un potente cabezazo que dio en el palo e ingresó. A los 32′ todo cambiaba, los albos golpeaban con un tanto de visita que obligaba al cuadro Paulista a convertir tres goles. Fue una de las tres anotaciones de Barrios en su pobre regreso al Cacique.


Barroso y Colo Colo sangraron

En su intento desesperado por convertir, el delantero Roger golpeó a Julio Barroso, su marca personal en las pelotas detenidas. El defensor tuvo que ser atendido afuera del campo. Para su mala suerte, a la jugada siguiente Corinthians pone el 2-1 a los 64′, gracias a un tiro de esquina. Ahora los brasileños estaban a solo un gol de la clasificación. El anotador fue, precisamente, Roger. El Almirante observaba con desazón la escena, mientras le daban el permiso para reingresar con evidentes secuelas en la nariz. Pero no solo Barroso sangraba; Colo Colo bajó y el Timão volvía a la carga. Esa pesada mochila se volvía a sentir en el Cacique, que debía aguantar con lo que tenía. Entre las buenas tapadas de Orión y su pasividad para reanudar el juego tras cada saque de arco, los minutos fueron transcurriendo a favor de los de Macul.


Celebrando entre pifias

En medio de la desesperación de los jugadores del Corinthians y de buena parte de los 38.112 asistentes, el juez Néstor Pitana culminó el encuentro. Algunos albos caían al césped, exhaustos. Otros se iban a celebrar frente a un grupo de fanáticos chilenos que llegaron al Arena Corinthians. El himno del Timão y las pifias del público hacían casi imperceptible la fiesta y los gritos de los jugadores del Cacique en un pequeño rincón del campo. Sin embargo, nada podía opacar la alegría colocolina esa noche, que tras 21 años volvía a anotar su nombre entre los ocho mejores de la Copa Libertadores.

Un futuro oscuro

“Claramente, lo que ha hecho Héctor tiene un valor enorme y marca un antes y un después para lo que ha sido la trayectoria del club”, declaraba Gabriel Ruiz Tagle, presidente de Blanco y Negro, posterior a la clasificación en Brasil. Sin embargo, pese a las buenas palabras del mandamás, Héctor Tapia salió de Colo Colo unos meses después. Posterior a la clasificación ante Corinthians acumuló nueve partidos sin ganar, unos decepcionantes cuartos de final ante Palmeiras y el equipo no accedió a la Copa Libertadores del año siguiente. Quién diría que esa iba a ser la última gran noche de Tito con Colo Colo.