Poco a poco, una disciplina tan poco convencional como el pentatlón moderno comienza a hacerse un espacio en Chile. Y lo consigue gracias a su principal embajador, Esteban Bustos, el chico que ha irrumpido en la prueba de los cinco deportes con podios y aplausos.
Ayer, Bustos consiguió revalidar una medalla que parecía un espejismo. Tras su irrupción en Guadalajara 2011, donde se colgó el bronce, ahora vuelve a hacerlo. Esta vez, eso sí, un peldaño más arriba, "Cuando gané la primera medalla era más niño, tenía apenas 19 años y no me la esperaba. Había sido una sorpresa, verdaderamente", reconoce.
Ahora, Bustos se preparó incansablemente para conseguirla. Ya con el oro en Cochabamba supo que estaba proyectado para hacer algo y, en las competencias de Lima, lo demostró aún más. Ayer, el pentatleta se mostró fuerte y concentrado. Aunque no comenzó bien, terminando undécimo en la natación, supo reponerse con holgura. En la pelea por los puntos en la esgrima fue el mejor, remontando en la lucha por las preseas con sus principales habilidades.
Y ya para la equitación, la carta de garantía del chileno en su deporte, consiguió nuevamente ser el mejor. Durante toda la competencia, el gran temor de la equitación estaba puesto en los caballos. Todos peruanos, los equinos se mostraron rebeldes y difíciles de domar, lo que resultó para varios en accidentes y duras caídas o, derechamente, desobediencia de los animales: muchos no quisieron saltar.
Pero Esteban no tuvo problemas. Consiguió completar todo el concurso ecuestre a la perfección, saltando cada obstáculo sin dificultades y exhibiendo un manejo de calidad en el animal, lo que nuevamente le valió para quedarse con el primer puesto en la prueba, encumbrándose para la última disputa de la tarde, el láser run.
En esta especialidad, única y exclusiva del pentatlón moderno y que consiste en realizar cuatro rondas de tiro con pistola láser cada 800 metros de carrera, Bustos definió su medalla. O el guatemalteco Charles Fernández, más bien. Pese a llegar con la primera opción, allí el centroamericano dominó con fuerza, imponiendo su velocidad de zancada y precisión en el tiro a Bustos, que veía cómo se diluía su ilusión de oro.
Al final, en esta última etapa Bustos remató cuarto, quedando relegado al segundo puesto, pero con la satisfacción de alcanzar una vez más la clasificación a Juegos Olímpicos. "Aquí uno viene en busca del oro, ese fue mi sueño y mi objetivo. Pero esto es lo bonito del deporte, que a veces se gana y a veces no. Yo me siento un ganador con mi medalla de plata, hice la mejor competencia de mi vida y estoy agradecido de este gran resultado", se confortó tras la premiación.
Tras Crovetto y Köbrich
En Lima, Bustos consiguió otra vez pasajes olímpicos, transformándose en el tercer chileno clasificado, tras Francisca Crovetto y Kristel Köbrich. "Voy por mis segundos Juegos Olímpicos. Ya tuve la experiencia de Londres 2012. Tengo una edad muy buena para mi deporte. 26 años es muy joven, iré a Tokio con 27 a hacer la mejor competencia de mi vida", afirma.
Esteban Bustos poco a poco comienza a entrar en la elite nacional. Su medalla de plata y los resultados que viene cosechando en sus pruebas específicas lo tienen entre los mejores del continente. En Lima, una vez más lo demostró. Y aún le queda mucho más, asegura.