El doble milagro de Erwin Tumiri, el sobreviviente de la tragedia de Chapecoense: “No me siento inmortal”
El boliviano fue una de las seis personas que se salvó de la caída del avión de Lamia en Colombia, que tuvo 71 víctimas fatales. La semana pasada volvió a rozar la muerte, ahora en un accidente de bus que dejó 21 muertos, en Cochabamba. En conversación con El Deportivo cuenta su historia.
El boliviano Erwin Tumiri ha vuelto a ver la muerte desde muy cerca. Fue parte de la tripulación y uno de los seis sobrevivientes del vuelo de Lamia que cayó en Medellín, el 28 de noviembre de 2016. Una tragedia que dejó 71 muertos, entre ellos la mayoría de los jugadores y directivos del Chapecoense. La semana pasada pasó por algo parecido, luego de salir casi ileso del accidente de un bus en la carretera que une Cochabamba con Santa Cruz de la Sierra, en su país, relata a El Deportivo los últimos acontecimientos.
-¿Cómo se encuentra ahora?
Ya salí del hospital, voy en el automóvil y ahora estoy haciendo unos trámites del seguro, después del accidente. Gracias a Dios, de este último accidente salí casi ileso. Sólo con algunos golpes que de a poco se irán sanando.
-¿Ya está recuperado?
Vamos con calma, porque necesito que se mejore la cirugía de la rodilla. Han sido días complicados, porque vuelven a mi memoria recuerdos como el del accidente del Lamia, hace ya casi cinco años. De ninguna manera me siento un inmortal… No sé si podría decir eso. Estoy asustado no más por todo lo que ha ocurrido. Y, sobre todo, con mucho dolor.
-¿Cómo se siete después de estos dos sucesos?
Da mucha pena por la gente que ha muerto y todo eso. Es como una frustración más que nada. Pero al final me siento bendecido por no haber sufrido grandes daños.
-¿Cuál de los accidentes fue más fuerte para usted?
No sabría decirlo. Es una pregunta complicada, porque en ambos incidentes se perdieron muchas vidas y eso entristece mucho. Tal vez por la cercanía y todo el revuelo que ha causado en mi país, tal vez el accidente de Cochabamba fue más trágico. Personalmente, me ha sacudido mucho, sobre todo porque es segunda vez que me enfrento a la muerte en tan poco tiempo.
-Saltaron a la memoria sus palabras en el vuelo de Lamia, cuando tras el accidente usted preguntaba por “¡Mi Tripulación!”…
Lamentablemente, en ese accidente perdí a grandes amigos y yo decía también eso porque no sabía en qué condición se encontraba el resto, por qué había ocurrido el accidente. A la vez, yo necesitaba que alguien me explicara qué es lo que había ocurrido con mi tripulación. Era una manera decirles a los bomberos, policías, donde estaban mis cercanos.
-¿Cómo lo ha tomado su familia?
Mi madre está más susceptible y sólo me queda tranquilizarla. Ha pasado muchas cosas.
-¿Qué pasó en este último accidente?
Creo que se habían roto los frenos al algo así. No estoy al tanto de la investigación. No sé específicamente que fue lo que pasó, pero estoy atento a las informaciones que existan al respecto. El bus de desbarrancó y fallecieron 21 personas un vehículo que venía lleno. El bus iba con exceso de velocidad, así que presentí que algo iba a pasar. Solo me agarré duro de los asientos. Otra gente no consiguió salir. Yo sí lo hice”.
-¿Cuál es el mensaje que usted daría después de haber pasado por todo eso?
Que nunca se rinda, que sigan adelante. Que, pase lo que pase, pongan a Dios primero en todo, en cualquier cosa que uno realice. Nunca digan no puedo, porque todo es posible.
-¿Ha tenido contacto con Chapecoense después del accidente?
Nunca más volví a tener contacto con la gente de Chapecoense, pero Dios mediante yo creo que algún día se tendría que dar.
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