La relación entre Marcelo Bielsa y Chile parece eterna. Aunque el rosarino se haya despedido de la Roja en 2010, al no estar de acuerdo con la forma en que se conducía el fútbol nacional, los hinchas no le olvidan y hasta hoy reconocen su legado, que en lo objetivo se tradujo en la clasificación al Mundial de Sudáfrica y en una correcta participación en el evento planetario. La consideración adicional le atribuye una importancia decisiva en la conformación de la Generación Dorada, el grupo de jugadores que, más tarde, conseguiría históricos triunfos para el fútbol chileno.
El recuerdo de Chile hacia Bielsa se traducido en distintas manifestaciones. De hecho, le ha abierto puertas a varios de los ‘herederos’ de su sistema, ha inspirado ‘dobles’ de dudosa utilidad y se han publicado numerosos libros que prometen reflejar detalles desconocidos de su paso por el país y de una relación que para algunos traspasó los límites del campo de juego hasta transformarle en un modelo para la vida cotidiana, un objetivo que el protagonista ni siquiera persigue. El rosarino sigue gozando de un cariño que por momentos se vuelve empalagoso. Más aún considerando que ahora dirige a Uruguay, rival directo de la Roja en el afán de clasificarse al Mundial de 2026.
El dolor
Bielsa, por cierto, se aleja de tanta alabanza y se concentra en lo suyo: la competencia. Si bien ha agradecido en múltiples ocasiones el cariño que recibió en el país, lo concreto es que su recuerdo más reciente relacionado con Chile no es precisamente agradable. Lo confiesa delante de la prensa uruguaya.
En enero, la Celeste buscaba la clasificación a los Juegos Olímpicos de París. Lo hacía con chapa de favorito, más aún considerando la presencia del Loco en la banca. Sin embargo, fracasó en el intento. El golpe aún le duele a Bielsa, quien no teme en reconocerlo.
Chile está directamente involucrado en el revés. El 27 de enero, con anotación de Clemente Montes, la Roja venció a la Celeste. Bielsa, de hecho, incluye el traspié en el balance que realiza. “Para mí, hubiera sido un sueño poder ir a los Juegos Olímpicos de París”, admite, inicialmente.
Luego, entra en el detalle en el que la escuadra que dirigía Nicolás Córdova entra en escena. “Perdimos un partido muy accesible con Paraguay y otro inmerecido con Chile. Me siento muy responsable. Lo que no conseguimos está muy ligado a mi gestión”.
Revancha a la vista
La decepción no alcanzó a empañar la buena campaña que Uruguay está desarrollando en las Eliminatorias. La Celeste ocupa el segundo puesto de la tabla de posiciones, con 13 puntos, dos menos que el líder, Argentina.
Sin embargo, la posibilidad más cercana de revancha que tiene el rosarino es la Copa América que se disputará en Estados Unidos. Bielsa, en su estilo, ya tira líneas respecto de la conformación del contingente con que afrontará el compromiso. “Serán los mejores en cada puesto. Irán dos jugadores por posición, preferentemente algunos que puedan jugar en más de un puesto. También importa la competitividad y que estén en buena forma”, establece, como los parámetros que considerará para estructurar la nómina.