El drama de Krystsina Tsimanouskaya, la atleta bielorrusa que pidió asilo a Polonia por temor a la represión
La velocista compitió en los 100 metros planos el viernes. Antes, se había quejado por la decisión de hacerla correr los 4 por 400 con escaso tiempo de aviso previo. No fue inscrita para los 200, que se corrían hoy. Denuncia que la querían hacer salir del país asiático contra su voluntad y se refugia en la embajada del país europeo en Tokio.
Para la atleta bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya los Juegos Olímpicos se transformaron en una verdadera pesadilla. El viernes fue eliminada en los 100 metros planos, pero sus problemas habían comenzado un poco antes, cuando se animó a criticar a las autoridades olímpicas de su país por incluirla en los 4 por 400 sin mediar un tiempo prudente de aviso, para la consiguiente preparación. Este lunes, se aprestaba para participar en los 200 metros planos, su mejor prueba, pero se encontró con que ni siquiera estaba inscrita para la competencia. Ahora pide auxilio a las autoridades japonesas y al Comité Olímpico Internacional. Denuncia que las autoridades de su país la querían sacar del país asiático sin su consentimiento. Temía a represalias de parte del régimen de Alexandre Lukashenko.
Después de pasar la noche en el aeropuerto de Tokio, custodiada por autoridades japonesas, Tsimanouskaya se refugia en la embajada de Polonia, que le otorgó una visa humanitaria y le garantizó que tendrá las condiciones para desarrollar sus actividades deportivas.
La situación es compleja. El régimen de Alexandre Lukashenko persigue intensamente a sus opositores desde que el año pasado se organizaran protestas para impedir su reelección para un quinto mandato. Los deportistas se involucraron intensamente en el reclamo: publicaron una carta abierta en la que exigían la convocatoria de nuevas elecciones y el final inmediato de la represión policial contra la oposición.
A través de un video, Tsimanouskaya clamó a la comunidad internacional por respaldo. “Pido ayuda al Comité Olímpico Internacional. Están tratando de sacarme del país sin mi permiso y le estoy pidiendo al COI que se involucre”, imploró a través de un video.
El Comité Olímpico Internacional tomó nota de la situación y le proveyó apoyo. Un funcionario la acompañó en el aeropuerto de Tokio, brindándole seguridad a la la deportista. La organización se comprometió, además, a buscarle una solución a su caso.
Las denuncias
Tsimanouskaya había realizado una fuerte denuncia. La inquietud por su inclusión tardía en el 4x400 no solo tenía que ver con un aspecto deportivo, sino que también cargaba con una fuerte denuncia: puso en evidencia que tres de las deportistas que debieron haber competido no estaban en condiciones de hacerlo al no haber superado los controles antidopaje que la federación bielorrusa debía acreditar.
Las versiones empiezan a enturbiarse. Mientras algunos medios, principalmente rusos y descritos como afines al régimen bielorruso, atribuyen la deserción de la deportista a aspectos emocionales y sicológicos, los opositores apuntan que la atleta tiene previsto pedir asilo en algún país europeo y que tiene miedo de volver a su país.
El aspecto político en juego no es precisamente antojadizo. El presidente del Comité Olímpico de Bielorrusia es Viktor Lukashenko, hijo del presidente del país. En diciembre, ambos fueron sancionados por el Comité Olímpico Internacional y se les prohibió la asistencia a los Juegos.
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