Por estos días, Inglaterra se conmociona con la historia de Daniel Cain, un futbolista de 23 años que vive una verdadera tragedia. Pasó de ser un jugador aficionado en varios equipos e, incluso, estuvo en una academia de desarrollado al Arsenal, a ser una persona totalmente dependiente. Hoy necesita asistencia para levantarse e ir al baño, debido a una desgraciada situación ocurrida hace casi tres años.
Siempre fue un apasionado del fútbol, actividad que combinaba con su trabajo como electricista. Sin embargo, todo cambió la noche del 9 de junio de 2020, sus amigos notaron que su rostro tenía un color extraño y estaba adormecido. Según consigna el periódico The Independent, la situación empeoró. No pudieron reanimarlo y debieron solicitar ayuda médica. De acuerdo a la versión de su hermana Natalia, “su bebida fue adulterada” sin el consentimiento de Daniel.
Los trabajos de reanimación duraron 24 minutos hasta que pudieron conseguir que saliera del paro cardiaco. No obstante, ese lapso de tiempo generó un severo daño neurológico y a nivel de médula espinal, pues no recibió oxígeno. Luego, pasó 25 días en coma. “El diagnóstico era que no sobreviviría o, si tenía suerte, sobreviviría con daño cerebral”, relató su hermana.
“Cuando se despertó, se había quedado tetrapléjico”, afirma Natalia. Mientras que su madre comentó que también había perdido la memoria a corto plazo, pero recordaba episodios sucedidos en su infancia. Antes de regresar a su casa, en diciembre del año pasado, pasó por cinco hospitales. Hoy se encuentra en silla de ruedas, con movilidad en la parte superior del cuerpo y con la necesidad de atención especializada día y noche.
El apoyo económico
Al conocerse la historia, creció el apoyo a la campaña iniciada en la plataforma GoFundMe para recaudar fondos para el tratamiento. Ya se han recaudado cerca de US$ 70 mil y los jugadores del Arsenal le enviaron una camiseta firmada por todo el plantel.
Las esperanzas de la familia están cifradas en que el pronóstico es auspicioso y que incluso puede recuperar el uso de las piernas gracias al trabajo de la organización especializada, Neurokinex, en Hemel Hempstead. Fue ahí donde comenzó su rehabilitación en enero y ha completado las seis sesiones que paga el NHS, la Sanidad pública británica. “Responde muy bien al fisio, es feliz cuando hace ejercicio”, relató su madre a The Independent.
Su plan de rehabilitación integral está pensado para tres o cuatro años, cuyo valor es de US$ 30 mil anuales, por lo que la ayuda ya recaudada lo puso muy contento. “No se rinde. Está increíblemente eufórico y lleno de esperanza”, expresó su hermana.