Jonas Vingegaard era el único de los grandes nombres de la Itzulia, la tradicional vuelta ciclística que recorre el País Vasco, que no había tenido problemas después de las tres primeras y accidentadas etapas de la prueba. Sin embargo, en la cuarta no corrió la misma suerte y cuando enfilaba el descenso en el Puerto de Olaeta, el pelotón tomó mal una curva, provocando una caída múltiple. El danés, dos veces ganador del Tour de Francia, sufrió las consecuencias, junto con otros ilustres como Primoz Roglic y Remco Evenepoel.
El accidente se produjo a 34 kilómetros de la meta y por la naturaleza de las heridas debieron abandonar la carrera. Roglic y Evenepoel pudieron salir por sus propios medios, pero el danés debió ser socorrido en camilla y trasladado en una ambulancia para tratar las heridas.
De acuerdo a los medios españoles, los auxiliares de su equipo, el Visma, le quitaron el casco y lo pusieron de lado, en una posición fetal, para esperar a la llegada de los servicios médicos. En un comienzo sus compañeros lo esperaron para ver si podía seguir, pero finalmente reanudaron la marcha cuando vieron lo complejo de la situación.
Dudas para el Tour
Vingegaard apuntaba a su tercer triunfo en el Tour de Francia como gran objetivo del año. Sin embargo, con el accidente, todo queda en duda. Esta temporada comenzó bien para el escandinavo, pues había ganado O Gran Camiño y la Tirreno-Adriático, dejaba de competir tras la Itzulia y reaparecía en el Dauphiné a principios de junio.
Si bien en su equipo confirmaron que estaba consciente tras el accidente, todavía resta estudios para ver la gravedad de las lesiones y el tiempo de recuperación. Mientras tanto, la carrera debió ser neutralizada, pues las tres ambulancias que siguen al pelotón debieron trasladar a varios accidentados.
El maillot amarillo de Roglic lo hereda para la quinta jornada el danés Mattias Skjelmose, que era el tercero de la general tras el esloveno y Evenepoel.