Gustavo Quinteros no pudo esconder su desilusión. Colo Colo mostró dos caras diferentes en tiempos distintos. De acuerdo con el análisis del entrenador, el equipo pudo sellar el resultado en el primero y no logró conseguirlo para terminar con un opaco empate ante Universidad de Chile.
“En el primer tiempo fuimos más, tuvimos dos o tres claras para aumentar, ellos aprovechan una pelota parada y empatan. Tuvimos un par más y no las concretamos. En el segundo, un cabezazo de Benegas pudo hacer la diferencia y una jugada en el área que no rematamos”, dijo el santafesino.
Sin embargo, el técnico se quejó de la cancha de Santa Laura, un campo que -según sus palabras- dificultó que se hiciera un juego más fluido en el Superclásico.
“Fue un partido distinto, el segundo fue de pelotazos largos. Lo que sí quiero comentar es que no se puede jugar en esta cancha, ni la U ni Colo pudieron jugar mejor”, explicó el entrenador de los albos.
Colo Colo nuevamente recibió un gol de pelota detenida. Una instancia que habían ensayado, pero en la que fallaron en una situación puntual que permitió el empate de los azules.
“Es una lástima, fallamos mucho, no hicimos lo que ensayamos ayer. Vimos que ellos atacaban en el punto penal y no lo logramos. Aprovecharon para empatar en un primer tiempo en el que fuimos más”, explicó el naturalizado boliviano.
Asimismo, reconoció que “el golpe a Carlos Palacios influyó mucho, en el segundo tiempo quedó tocado, con pocas opciones de seguir. Perdimos un jugador fundamental en el armado, en la generación de fútbol. En ese sentido, este punto va a servir solo si ganamos los próximos partidos”.
Sobre el arbitraje de Felipe González, se limitó a decir que “hubo un foul a Oroz cerca del área y no lo cobró, si lo hizo en el área contraria. No podemos hablar de los árbitros se equivocan para ambos lados y se van a seguir equivocando”.
Consultado sobre si pesaron las ausencias de los dos juveniles sancionados por jugar partidos en su barrio, el adiestrado aseguró que “para nada. Solo afecta las diagonales de Damián (Pizarro), Benegas tiene otras características. Afecta el juego asociado de Jordhy (Thompson), porque Bolados tiene otras características”.
E insistió que “por el lado izquierdo generamos buen fútbol, seguimos manteniendo el fútbol que nos caracteriza. Debemos seguir buscando por el lado derecho con los que están y lo que puedan darnos los reemplazos”.
Sobre su invicto en clásicos, dijo sentirse “orgulloso, cuando estuve en la UC y ahora con Colo Colo no me tocó una derrota. Ojalá que nos sirvan estos puntos para llegar lo más alto posible.
Las sanciones
Pero el tema que quedó más de manifiesto en la conferencia de prensa fue las sanciones a Thompson y Damián Pizarro. Según el técnico, el tema es un problema social y particular, que va en la formación.
“Vamos a analizar las sanciones, los jugadores son chicos tiene una formación distinta a otros chicos. Hay otros como Oroz, Saldivia o Pizarro que actúan de una manera diferente frente a otras circunstancias”, dijo Quinteros.
Y se extendió para reconocer que “los jugadores tienen que convivir con nosotros como entrenadores, con el sicólogo. Tenemos que ayudar a cambiar la mentalidad, porque le darán mucho a Colo Colo y a la selección chilena”.
Además, entendió que “no me siento traicionado por estos jugadores. Comprendo la educación que no les pudieron dar, la formación. Peleo por dar segundas oportunidades, que cambien. Son chicos talentosos y buenos para entrenar. Siempre entrenan bien, eligen un camino que no es el correcto, y los que estamos a cargo debemos trabajar para que se recuperen”.
Así también aclaró que “el problema es un tema de vivir una realidad distinta a la que vivimos nosotros de chicos. Thompson no volvió a reincidir en su problema anterior, no hubo más un reclamo. Este es otro tema. Tiene que ver con las ganas, la pasión de jugar a la pelota. Los amigos, el entorno que tienen no los ayuda, el club debe tratar de separarlos de ese entorno que los perjudica. Es una pena que tengamos que hablar de estos comportamientos. Ellos tienen 15 o 20 años para jugar al fútbol, tenemos que tratar de encaminarlos”.
En ese sentido, aseveró que “me siento responsable de ayudar un pibe. Quiero hacerlo, lo he hecho en otros países, trato de que los jugadores cambien con el placer y la recompensa de lo que he vivido. En otras ocasiones, con temas más graves terminaron jugando en selecciones y equipos de afuera. Ojalá que estos chicos puedan cambiar. No los podemos olvidar”.
Y remató que “tenemos que trabajar con sicólogos, con la gente del club, los familiares más cercanos, los representantes. Son jóvenes, hay que ayudarlos para que sean mejores personas”.