El duelo de la U y Unión Española fue reprogramado tras un nuevo bochorno en la Copa Chile
El ente rector fijó para este 26 de octubre el duelo de ida y para el 2 de noviembre la revancha, ya que, la U "contaba, anticipadamente, con la disponibilidad del estadio Elías Figueroa Brander", pero "no fue autorizado por la Delegación Presidencial de Valparaíso".
El compromiso de ida entre Universidad de Chile y Unión Española, por semifinales de Copa Chile, vivió un nuevo episodio en la tarde este lunes. Luego de ser suspendido por la Delegación Presidencial de Valparaíso, azules e hispanos fueron reprogramados por la Federación de Fútbol de Chile y darán paso a la búsqueda del contrincante de Magallanes en la final de este torneo.
La decisión que fue tomada en la reunión de directorio que se celebró este lunes, a las 15 horas, en Quilín, dejó para el 26 de octubre el duelo de ida y para el 2 de noviembre el compromiso de revancha, pues -según la organización- la U contaba con la “disponibilidad” del Elías Figueroa, pero “el partido no fue autorizado por la Delegación Regional Presidencial de Valparaíso”.
Con esto se pretende dar continuidad a una competencia que no ha estado exenta de bochornos en su versión 2022 y cuyo episodio más grave se vivió, cuando el portero de la U. Martín Parra, fue herido por una bomba de estruendo en la Clásico Universitario. Más, las vergüenzas no terminarían ahí, pues a pocas horas de que la escuadra laica ratificara su paso a esta instancia, luego de haber jugado los 85 minutos restantes del partido ya mencionado, se vio en la disyuntiva de no tener estadio para recibir al conjunto de Independencia.
Es que si bien tenían negociaciones avanzadas y daban por hecho que les prestarían el recinto deportivo, no contaban con el informe que carabineros elevaría al organismo estatal y dónde le señalaban que no contaban con el personal suficiente para cubrir un encuentro de alta convocatoria.
Balde de agua fría para la dirigencia de Azul Azul, quienes veían cómo sus pares de colonia invocaban el artículo 23 de las bases del torneo para quedarse con la victoria, pues no contaban con un recinto deportivo para realizar el encuentro y no estaba siendo postergado “por una fuerza mayor”. “Lamentablemente esta situación -que se ha convertido en habitual y lesiva- nos invita a marcar un precedente. Por tal motivo hemos enviado una carta formal al Presidente de la Federación de Fútbol Chile para que se tengan en cuenta los antecedentes y se sancione como corresponda esta evidente irregularidad”, exigieron los dueños del Santa Laura.
Argumento que es muy conocido en los pasillos del Centro Deportivo Azul, ya que ellos mismos lo habían utilizado cuando sus pares cruzados no conseguían un recinto para reanudar el ya citado compromiso por los cuartos de final. “Exhortamos también, de no ocurrir lo anterior, a aplicar inmediatamente el Artículo 23 de las mismas bases sumado también, para mayor abundamiento, que expira el plazo indicado por las autoridades para obtener la autorización de la realización de un espectáculo de fútbol profesional donde suponemos, tal como hacemos nosotros, se suscriben los proyectos de organización de partidos de las características mencionadas, considerando además el nivel de riesgo -en vista de los antecedentes- que puede suponer visitar nuevamente al club Universidad Católica”, dijo en una misiva al ente rector, el gerente general de la concesionaria estudiantil, Ignacio Asenjo.
Más, ninguna de estas cosas fue considerada por los que mandan en Quilín y la suerte de ambos elencos se decidirá en un campo de juego, si es que la vergüenza no se vuelve a tomar la segunda justa deportiva más importante del país.
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