El beso en la boca que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, le dio a la jugadora Jenni Hermoso, durante la celebración del título mundial de fútbol femenino, sigue en la polémica.
Y uno de los últimos en sumarse a las condenas contra el directivo hispano fue Iker Casillas. El portero que también ganó una cita planetaria, Sudáfrica 2010, usó sus redes sociales para pedir la renuncia de Rubiales. “A ver que yo me entere: entonces, ¿alguien ha dimitido o no? Qué ando perdido”, sostuvo la otrora figura del Real Madrid.
Crítica que lleva la petición de renuncia a otro nivel, porque Casillas quiso competir con el dirigente deportivo por la testera de la RFEF y en junio de 2020 baja su postulación. “Quería un proceso electoral justo, transparente y realmente participativo, buscando lo mejor para el fútbol español y en esta ocasión creo que no se ha apostado por ello, espero que en próximas elecciones se pueda dar, conmigo o con otros candidatos”, afirmó en dicha oportunidad.
Pero eso no es todo. Casillas también fue protagonista de un beso incómodo. Tras ganar la final en el el Soccer City de Johannesburgo, el arquero tomó a la periodista Sara Carbonero y la beso en la boca. Si bien ellos eran pareja cuando el hecho ocurrió, la profesional dijo haberse sentido incómoda pues estaba trabajando en ese instante y no en una cita romántica.
De hecho, el propio ídolo merengue se arrepintió de su actitud y así lo confesó en un documental sobre su carrera. “Fue un acto impulsivo, del momento, estábamos viviendo como en una burbuja de ‘Gran Hermano’, pero ahora nos da vergüenza verlo”, aseguró en Colgar Las Alas.
Y en esta cruzada Iker no esta sólo, porque la ministra de Igualdad del gobierno de España, Irene Montero, también se sumó a la condena y dijo “no demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo “que pasa”. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí”, concluye.