La organización de París 2024 está en el centro de la polémica. Una serie de inconvenientes han marcado de los Juegos Olímpicos desarrollados en la Ciudad de la Luz.
La lista aumenta. La controversia más grande fue en torno a la mala calidad del agua del río Sena. La cancelación de diferentes entrenamientos previos a las competencias y el aplazamiento de las mismas fueron un problema. A eso se le suma las denuncias de robos por parte de diferentes delegaciones y las críticas hacia la comida de la Villa Olímpica.
Sobre este último punto, Santiago Gómez Cora, entrenador de Los Pumas 7, especificó y cuestionó duramente lo vivido en el recinto del hospedaje para las comitivas. Además, remarcó la hostilidad del público local y el poco respeto que recibieron algunos deportistas.
“Dejé todo lo que decía París, en ropa, en recuerdos, en cosas que nos habían regalado. No extraño nada de Francia. Hostilidad, estadios, la gente que recibía insultos en la calle, familiares y amigos, la verdad que no me quedo con nada de París”, comenzó relatando a DeporTV.
Cuestionamientos lapidarios
El técnico reparó en la comida: “Está de moda esto de que no hay proteínas y que la comida sea vegana o vegetal o no sé qué, y no había proteínas. Hacíamos colas de 40 minutos para que te den una hamburguesa o lo que servían de carne. Esperar 40 minutos es mucho para un deportista de alto rendimiento”, indicó. “Obviamente por eso no entran por ahí muchas figuras a la Villa Olímpica porque pasa esto con la comida”, complementó.
Su relato también apuntó contra las condiciones de la Villa Olímpica: “Hacía 35 grados y no había aire acondicionado, por el tema de que sea de bajo costo, que no contaminen y la verdad que no puedes dormir con 35 grados. Los chicos no durmieron las dos primeras noches. Había unos ventiladores ecológicos que enfriaban menos que nada”, consignó.
Gómez Cora contó problemas desconocidos que sufrieron miembros de la delegación argentina. “El edificio argentino no tuvo agua todo un día. Te doy más detalles: las chicas de hockey se tuvieron que mudar a otro edificio porque desbordaba el inodoro de caca. Estuvimos todo un día yendo a baños del comedor. La verdad que sorprende que las organizaciones del deporte de alto rendimiento tenga esos estándares”, dijo.
“La verdad es que vi mucha hostilidad. No puedes venir de alto rendimiento, acostumbrados a ciertos estándares, y pasar de golpe a dormir en una cama de cartón, hacer colas para comer o que no haya la comida apropiada y no puedas comer proteínas la semana previa a la competencia. Es un montón de ventaja”, sentenció.