Ronald Fuentes duró seis fechas como técnico de Santiago Wanderers. El mundialista, quien solo anotó derrotas en su paso por la Quinta Región, se transformó en el segundo técnico despedido del certamen nacional. Anteriormente ya había sido cesado Jorge Pellicer, en Unión Española.
En conversación con El Deportivo, Fuentes repasa su estadía en Valparaíso. Se le escucha afectado. La caída por 0-3 frente a Melipilla, en Playa Ancha, terminó liquidando su proceso: “Estoy triste, no vine a esto. Vinimos a desarrollar un proyecto de jugadores jóvenes con el club. Pero no quisimos quedarnos para hacerle más daño al club porque sentíamos que nos estaba costando fallar puntos, los jugadores se estaban presionando por no fallar más”, dice, de entrada.
¿Renunció o lo echaron?
Da lo mismo si renuncio o me echan.
¿Por qué no siguió?
Después de seis partidos sin triunfos era difícil para todos seguir ahí. No estábamos logrando los objetivos que nos habíamos planteado, que era a través de una forma de jugar conseguir los puntos. Después de seis partidos jugados, y sobre todo por cómo se jugó con Melipilla, era imposible seguir.
¿Tenía la decisión tomada antes de la derrota con Melipilla?
El último partido fue el más bajo, no hicimos nada de lo que habíamos trabajado y visto de Melipilla. Eso hacía mucho más difícil poder seguir. Conversamos una vez finalizado el partido con el presidente del club y ahí decidimos que no continuaríamos.
¿Lo presionó la hinchada de Wanderers?
No, para nada. Sabía que había descontento, pero no sentí presión de parte de ellos. Estaba claro que si hubiese habido gente, hubiese sido mucho más complicado y quizás hubiese estado menos partidos. La campaña determina nuestra salida del club. Pensaba que si hacíamos un buen partido con Melipilla quizás nos daba la confianza para seguir. Futbolísticamente fue muy bajo y eso se vio reflejado en el juego y en el resultado. Melipilla fue el único que nos superó en cancha, en los seis partidos que jugué.
¿Es su peor experiencia como técnico?
Sí, espero que esta sea la más baja. Espero tener opciones de volver a dirigir en otro equipo y demostrar que esto fue un paso en falso. No fuimos capaces de demostrar con el equipo nuestra forma de jugar. No estuvimos al nivel que queríamos. Ya hicimos el mea culpa para que no nos vuelva a pasar al club que vayamos. Uno siempre quiere que estas experiencias no se vuelvan a repetir. Uno tiene que aprender, seguir creciendo, estudiando y tomar buenas decisiones.
¿Qué mea culpa hizo con su cuerpo técnico?
Es que quisimos imponer desde el inicio una forma de jugar que dentro de los entrenamientos y amistosos nos hizo vernos bien, pero definitivamente en los partidos después nos costaba implementarlo en los partidos… Me refiero al juego de posesión. No todos los planteles pueden jugar desde el inicio con el juego de posesión por todo lo que conlleva: presiones altas, presiones post pérdida. Ellos estaban más acostumbrados a triangulaciones más rápidas. Nos costó más de lo normal. Se lo dije a la dirigencia: quizás partimos al revés. Debimos haber agarrado resultados deportivos y después ir adelantando las líneas para jugar más cerca del arco rival.
¿Fue una mala elección ir a Wanderers?
No, estábamos muy contentos acá, el club nos trató muy bien. Los jugadores estaban compenetrados en lo que queríamos. Me refiero a hacer una buena lectura en cuanto a los planteles que tenemos para la forma de jugar.
¿No fue un error aceptar un plantel con tan poca experiencia?
Para nada. Sabíamos cuál era la situación contractual de Santiago Wanderers y una de las cosas buenas por las que quisimos asumir este trabajo era por eso: mucho jugador joven, con muchas condiciones y que en el corto plazo serán jugadores importantes. Era una parte que queríamos potenciar. Nos teníamos bastante fe, pero nos equivocamos en la forma desde el inicio. La forma de jugar no era la que les sentía más cómodo desde el principio.
Quizás su mensaje no llegaba...
No, llegó siempre. Nos despedimos y en lo que nos dijeron estaba claro que siempre se entendió el mensaje. Lamentablemente los resultados no nos dieron los puntos que nos permitirían seguir a cargo de Wanderers.
Fue elegido el mejor técnico por sus colegas en la encuesta realizada por El Deportivo durante el torneo 2020, pero ya lleva dos despidos en poco tiempo...
Es así, el fútbol da vueltas. Hay que ver las situaciones que van pasando. En Unión Española, para toda la gente, fui mal sacado, mal terminado el contrato. Pero ahí la situación era diferente: teníamos mucho lesionado, un plantel más corto. También asumimos algunas cosas dentro de lo que es el aprendizaje. Acá los seis partidos no fueron los mejores, pero futbolísticamente el equipo mostró algo que queríamos. Los resultados son los decidores. La consecuencia de un inicio malo te pasa la cuenta.
Un nuevo golpe en poco tiempo...
Sí, pero es parte dé. Yo creo que la parte más difícil del fútbol es ser entrenador por esto que pasa. Se genera expectativas, las cosas pueden andar de buena manera. Los primeros partidos nos llevaron a sentir que íbamos bien encaminados por la forma de jugar, pero al final los resultados son los que mandan. Un golpe que nos tiene que hacer más fuerte, no nos puede atontar.
¿Saliendo usted se arreglarán los problemas de Wanderers?
Esperemos que sea eso. Espero que un cambio de entrenador les permita levantar. Que nuestra salida sea una bomba de conocimiento, de querer demostrar que esta situación es algo fortuito, que no es algo que seguirá en el torneo. Espero que puedan ganar un partido y puedan despegar.
¿No se apuró en agarrar un club por sus ganas de dirigir?
Oportunidades tuve solo tres y las que más nos interesó fue Wanderers. No nos apresuramos, no estamos arrepentidos de haber venido. Es parte del aprendizaje. Por lo que vimos el años pasado y lo que vivimos ahora, de estar peleando por ir a la Copa Libertadores y ahora irnos con cero puntos, saqué un magíster en un montón de situaciones: toma de decisiones, conformación del plantel, lectura de los planteles, de la forma de trabajar. Sacaré muchas experiencias positivas. Si alguna vez algún club se interesa trabajar con nosotros, se encontrará un cuerpo técnico mucho más maduro a través de lo que ha pasado en este inicio de torneo.
¿No lo ve como un retroceso en su carrera?
No, para nada.
Usted no podrá dirigir en todo el año por el reglamento de la ANFP…
Sí, no puedo volver a dirigir en Primera. Hay un reglamento que perjudica mucho a los técnicos en esto. No sé si hubiésemos tenido alguna opción en Primera, pero nos quedamos sin poder dirigir en Primera. Nos queda solo la Primera B o ver alguna opción internacional.
¿No siente que las peleas que tiene con el VAR pueden desconcentrar a sus jugadores?
No, para nada. No tiene nada que ver el tema del VAR. El tiempo me ha dado la razón con el VAR. Que nadie lo reconozca es otra cosa. Otros reclaman mucho más que yo, pero como son de equipo grande no les sale ni por curado. Las que reclamé no estaba equivocado. A través de verla en la televisión, que es lo mismo que habla la gente de la comisión árbitro, determinan que uno no está equivocado. No se les puede decir nada, cuando quieres hablar no están disponibles. Están con una intensidad muy grande. Reclamos míos eran amarilla. Pero callado no me voy nunca cuando vea una injusticia.
¿Cree que hay persecución?
Conmigo son mucho más sensibles para la tarjeta amarilla. Si reclamo es porque me sé el reglamento. Pero a la primera me muestran amarilla. No creo que exista persecución.