Colo Colo gana el Superclásico jurídico: el Tribunal de Disciplina rechaza por 4-2 la denuncia de la U
La Primera Sala de la corte deportiva zanjó el término del torneo, luego de una intensa disputa jurídica, aunque la resolución se conocerá en las próximas horas.
Es el fallo más esperado en el fútbol chileno. La Primera Sala del Tribunal de Disciplina zanjó la disputa jurídica entre Colo Colo y Universidad de Chile, decisiva para el término del Campeonato Nacional, aunque solo este miércoles dará a conocer la decisión. Los albos obtuvieron la razón en la corte deportiva. Un fallo dividido por 4-2 descartó el desacato y les permitirá mantener los tres puntos que consiguieron ante Huachipato.
En términos prácticos, la corte deportiva dejó ‘en acuerdo’ la resolución, a la espera de las formalidades respectivas para su comunicación. “Se va a conocer mañana. Necesitamos un poco de tiempo para justificarlo un poco”, declaró Simón Marín, el secretario de la Primera Sala del Tribunal de Disciplina, en relación a los aspectos que restan por cumplir para conocer el veredicto.
Todo un lío
Huachipato y Colo Colo se enfrentaron el 13 de octubre. Ese día, los albos obtuvieron las unidades que les permitieron quedar a las puertas de superar a Universidad de Chile. Cumplían un partido pendiente por la 18ª fecha del Campeonato Nacional.
Si el compromiso ya suponía una historia en sí mismo, lo que vino después escapa, incluso, al mejor guion posible. Lo que se desató esa tarde en el estadio de los acereros es lo más parecido a una trama. En esa jornada, producto de la sanción que había recibido por sus excesos en el partido frente a la UC, cuando las emprendió contra el juez José Cabero, Jorge Almirón tuvo que conformarse con ver el encuentro desde un palco del recinto siderúrgico. No podía mantener contacto alguno con sus colaboradores en la banca. Cualquier intento en ese sentido lo exponía a severas sanciones.
El Cacique terminó celebrando, gracias a los goles de Marcos Bolados y Erick Wiemberg. Thiago Vecino anotó el descuento. Hasta ahí, los albos solo tenían motivos para celebrar. Las preocupaciones vinieron después. El informe del juez Héctor Jona consignó la presencia de un funcionario albo, el coordinador Víctor Vidal, en la denominada zona de exclusión, dotado de lo que describió como “un aparato electrónico”. Esa, de por sí, es una irregularidad, aunque que más sufría con ella era el club dueño de casa, que tendría ser multado con 100 UF.
El trasfondo, sin embargo, era mucho más complejo: que se configurara el desacato, a raíz de una posible comunicación entre Almirón y su staff. Eso fue lo que motivó la denuncia de Universidad de Chile, el viernes 18, justo en el límite para el ingreso del escrito. ¿Qué pretendían los azules? Que se investigara una infracción que, entre sus penas, contempla la pérdida de los puntos además de doble de la sanción que había recibido quien incumpla el dictamen de la corte deportiva.
Aunque inicialmente las partes se verían las caras el 22 de octubre, la denuncia azul alteró la planificación. El Tribunal de Disciplina decidió convocarlas para una semana después, atendiendo a que la materia era la misma que había acotado Jona en su informe y que, por lo tanto, había que revisarla como una totalidad. Ese martes 29 no estuvo exento de particularidades. La primera fue que, frente a la programación del partido entre los albos y Magallanes, por la Copa Chile, para ese día, a las 19 horas, la audiencia fue programada para las 16.30 horas. La segunda, que Almirón compareció desde su oficina técnica en el Monumental a través de la vía telemática, para que pudiera cumplir con el compromiso deportivo. La tercera, que el encuentro derivó en unas cuatro horas de intenso diálogo e incluso algunos encontrones. La tensión era evidentemente palpable. La definición de Superclásico aplicaba perfectamente. Al menos en cuanto a intensidad.
Ese día, cuando ya se habían conocido imágenes en que Almirón hablaba con el analista Víctor Berríos, la corte deportiva determinó otorgarle a la U y a Huachipato una semana más para la entrega de las pruebas. Los laicos aseguraban contar con testimonios, cuando menos gráficos, de la infracción cometida por los albos.
Negativas clave
A los acereros se les pidieron los registros de las cámaras de seguridad del recinto deportivo. Accedieron, pero con una excepción clave, pues no pasarían las que más le interesaban a las indagatorias: las del interior de la cabina en que estaban el técnico y la comitiva alba.
“En concordancia con lo señalado en las normas aplicables, dichas grabaciones solo podrían ser utilizadas en caso de comisión de delito o afectación de la seguridad de los dirigentes, para la identificación de los responsables”, consigna uno de los puntos con los que respondieron los acereros, según averiguó El Deportivo. En otras palabras, el objetivo del circuito cerrado no es servir de elemento de prueba en disputas de naturaleza deportiva.
“En el presente caso, no se ha denunciado ni identificado ningún hecho delictual o afectativo de la seguridad de los dirigentes locales o visitantes que amerite la revisión de dichas imágenes. Por lo tanto, dichas cámaras no deben ser expuestas, por no haber un hecho que lo justifique”, profundizan los siderúrgicos.
“A diferencia de lo expuesto, las demás zonas del estadio son públicas y de acceso público, razón por la cual no vemos óbice para aportar dicha información requerida por el Honorable Tribunal”, explica la misma comunicación, en relación al material que estaban dispuestos a entregar.
Finalmente, en todo caso, ningún registro de los que obtuvo el circuito cerrado llegó, finalmente, a manos del tribunal. Los acereros, finalmente, optaron por negarle todas las pruebas a la corte deportiva. Durante la jornada, El Deportivo accedió a una imagen que muestra un ángulo distinto de la interacción entre Almirón y el analista Víctor Berríos. La imagen termina con el asistente desapareciendo de cuadro, sin que pueda determinarse su destino.
Con lo que pudo reunir, el Tribunal de Disciplina adoptó una decisión. Por mucho, la más esperada en el fútbol nacional en el último tiempo. Eso sí, después de la sentencia, quedará una instancia posible: el TAS, el máximo tribunal deportivo en el mundo.
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