El fastidio de Quinteros: la lista inagotable de reclamos del DT hacia Colo Colo
El técnico está molesto con la demora en la llegada de los refuerzos. Su objetivo es ser campeón, pero en buena parte de la dirigencia la meta más importante es darle tiraje a la chimenea y reducir costos y, si se puede, luchar por el título.
Gustavo Quinteros está molesto. Los refuerzos que pidió se demoran y el campeonato ya está en marcha. Para reemplazar a los 11 jugadores que se fueron, el club solamente contrató a cinco futbolistas (Leonardo Gil, Juan Carlos Gaete, Martín Rodríguez, Miiko Albornoz y Felipe Fritz) y un sexto con el que ya hay acuerdo (Fabricio Formiliano). El resto del plantel se completó con jugadores que estuvieron a préstamo (Jorge Araya y Omar Carabalí). Sin embargo, la proporción es menor y eso inquieta al DT, que no solo pide que se agilice lo del zaguero de Peñarol, sino que también exige a otro delantero.
Ya en la conferencia de prensa del jueves, el ex seleccionador boliviano manifestó su molestia y anunció que no se haría responsable de los resultados hasta que no estuviera completo el plantel. Ese mismo día en la tarde, el club logró el acuerdo con Formiliano, quien en las próximas horas deberá desvincularse de su club. Eso alivió en parte a Quinteros, quien reconoció públicamente el trabajo del gerente deportivo. “Tenemos relación directa con Daniel Morón y él está haciendo todas las gestiones de la mejor manera. Desde que llegó él, se han adelantado las charlas y las negociaciones con el defensor, yo creo que está casi todo arreglado (...). Hay un acuerdo, pero el jugador no está acá. Todavía no se han firmado los papeles y cuando se firmen y que viaje me voy a quedar tranquilo. Daniel Morón se ha movido muy bien y rápido”, reconoció tras el empate 0-0 ante Unión La Calera.
El guiño a Morón no es casualidad. En el último mes y medio, la mayoría de las diferencias con la directiva fueron por la gestión de Harold Mayne-Nicholls, quien asumió el rol que dejó Marcelo Espina, mientras se buscaba un nuevo gerente. En ese periodo, por ejemplo, se produjo el fallido arribo de Branco Ampuero, quien terminó fichando en la UC, cuando ya había un principio de acuerdo con el antofagastino, quien iba a reemplazar a Julio Barroso, la baja que más afectó al DT, a tal punto de haber solicitado -sin éxito- que se reconsiderara su salida.
La intención de Quinteros era que ese cupo fuera cubierto por un jugador nacional. Se preguntó también por Thomas Galdames, pero su alta cláusula de salida (US$ 1,1 millón) impidió su llegada a Macul. “Al usar el cupo de extranjero en la defensa se complica el tema del delantero. En algún momento se habló con los dirigentes para que llegara un defensor nacional y no se pudo llegar a un acuerdo con los jugadores que estaban negociando. Entonces ahora tenemos que usar el cupo en defensa”, explicó el entrenador sobre su búsqueda.
En la víspera del choque ante los cementeros, el entrenador también había adelantado que ante la falta del defensa prometido iba a tener que citar a Matías Zaldivia, quien no estaba al cien por ciento de su recuperación de la rotura del tendón de Aquiles que sufrió en septiembre del año pasado. Sin duda que una decisión muy arriesgada, tomando en cuenta la gravedad de este tipo de lesiones y la complejidad del proceso de recuperación. Y si bien la idea de Quinteros era que el argentino fuera solo a la banca, la lesión de Felipe Campos lo obligó a recurrir a él, haciéndolo jugar durante los descuentos del primer tiempo y todo el complemento.
El delantero
El ex DT de Emelec y la selección ecuatoriana también insiste en un delantero. “Después hay que seguir hablando para incorporar un atacante más y con eso estaríamos bien para empezar la temporada un poco tarde, pero bien para completar el plantel”, avisó Quinteros tras el partido ante La Calera. Sin embargo, la intención del directorio es cerrar con el defensa central, para el que se destinó un fondo de US$ 500 mil.
Y si bien el estratega se trazó como objetivo armar un equipo competitivo para pelear arriba e intentar la clasificación a las copas, la dirigencia se conforma con “darle tiraje a la chimenea” y, si se puede, pelear por el título, Pero ganar el campeonato no es el objetivo principal, tomando en cuenta que la institución atraviesa por una severa crisis económica, que le reportó pérdidas por más de $ 4 mil millones y que la llevó a tomar medidas tan drásticas como dejar a sus embajadores deportivos sin financiamiento.
Por eso tampoco el delantero es una prioridad para los dirigentes y, sobre todo ahora, cuando el cupo de extranjero se va a ocupar en Formiliano y no en Favio Cabral, el goleador que pidió el técnico. ¿Nicolás Blandi? El loop eterno de lesiones del argentino hace que para Quinteros no cuente mayormente e insista en otro jugador para ese puesto, aunque hoy sea poco factible.
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