En Atlanta, la capital del estado de Georgia, en Estados Unidos, pasan muchas cosas. Ahí está la sede principal de Coca Cola y el centro de operaciones de CNN, por decir algunas. Si de deportes se trata, la atención se la llevan los Hawks de la NBA, los Braves de la MLB y los Falcons de la NFL. Pero de fútbol, poco y nada. Hasta ahora.

En 2017, su novel equipo de la Major League Soccer, el Atlanta United, se transformó en el fenómeno de la liga, más allá de sus positivos resultados deportivos: tienen el mejor promedio de público de la competencia, con registros dignos de cualquier potencia europea. Esta situación, incluso, llevó al diario inglés The Guardian a realizar un extenso reportaje respecto al tema.

La temporada 2017 de la MLS tuvo como gran novedad la inclusión de dos nuevas franquicias: Atlanta United y Minnesota United. La primera, la que nos convoca, apostó por un técnico de renombre internacional para asumir el control: Gerardo Martino. Luego de su paso por la selección argentina, y perder las dos finales de Copa América con Chile en lanzamientos penales, el Tata se fue a Estados Unidos.

Con él, se conformó un plantel con sabor latino: tres argentinos, un paraguayo, un venezolano y un chileno. Carlos Carmona dejó la Serie A para desembarcar en un proyecto nuevo, que ha revolucionado al emergente torneo norteamericano.

Por cierto, problemas de dinero no tienen. El propietario es el fundador y dueño de Home Depot, Arthur Blank (74 años), quien tiene una fortuna estimada de 3.800 millones de dólares según Forbes, y también es el dueño de los Halcones de Atlanta, la franquicia de fútbol americano del estado de Georgia.

Hasta antes de la fecha de este fin de semana, contando 13 partidos como locales, Atlanta cuenta con un promedio de público de 47.526 espectadores, liderando este apartado en la MLS 2017. Le escolta el Seattle Sounders, con 43.400 fanáticos por partido en casa. El cuadro de Carmona nunca ha bajado de las 42 mil personas, un total mérito para un conjunto que recién elabora su historia en la división de honor y para una disciplina que no es la más popular en la zona. Este domingo, en la victoria de 2-0 sobre Montreal Impact, fueron alentados por 43.502 fanáticos.

Si de méritos se trata, el 16 de septiembre es un día importante para su joven anecdotario. Para el cotejo ante Orlando City, el club de Kaká, fueron 70.425 espectadores al flamante nuevo estadio de la institución, el Mercedes Benz Stadium, recinto multipropósito con techo retráctil, que se abrió este mes, para ser usado por Atlanta United y por los Falcons. Costó 1.400 millones de dólares.

El partido se transformó en el juego con mayor cantidad de público en la fase regular de la MLS, superando un registro de 1996, cuando en el Rose Bowl de Pasadena se agolparon 69.255 fanáticos para el choque entre Los Ángeles Galaxy y los MetroStars de Nueva York.

Para que la marca sea aún más brutal, en aquel fin de semana fue el cuarto partido en el mundo con más espectadores, siendo superado por dos juegos de la Bundesliga y uno de la Premier League. En otras palabras, Atlanta United, en esa fecha, llevó más gente que cualquier cotejo de la liga española o de la Serie A, competencias de un linaje superior.

¿Cómo se puede explicar un fenómeno así? Considerando la investigación de The Guardian, esto se justifica por la multiculturalidad de la ciudad (comulgan latinos, africanos y europeos), el atractivo que genera el fútbol entre profesionales jóvenes, una inteligente estrategia de marketing del club y que la actividad paulatinamente ha ganado en popularidad en Estados Unidos.

Del Atalanta a Atlanta

Es en este panorama donde se desarrolla hoy la carrera de Carlos Carmona, el único chileno en disputar cuatro Mundiales, dos Sub 20 (2005 y 2007) y dos adultos (2010 y 2014). El exvolante del Reggina y del Atalanta abandonó el Calcio italiano luego de nueve años, certamen en el cual se fue ganando un nombre y una posición importante, aunque en sus últimas temporadas fue perdiendo notoriedad en el elenco de Bérgamo, la gran sorpresa de la pasada liga peninsular. Con este antecedente, tomó otro rumbo.

"Mi decisión pasó básicamente por querer un cambio. Llevaba nueve años en Italia y quería un cambio en mi vida y justó salió la opción de venir acá a Atlanta. Me encontré con un gran grupo, con jugadores de alto nivel y también estoy tratando de aprender de ellos, que están haciendo un gran campeonato", reconoció el coquimbano en una entrevista al mismo club, en agosto.

Estadísticamente, su estadía en la MLS es positiva porque, precisamente, recuperó la regularidad que perdió en Europa, de la mano del Tata Martino. Ha disputado 26 partidos en la liga (2.234 minutos, incluyendo el duelo de ayer ante Montreal Impact) y convirtió dos goles. Con su campaña en Atlanta, Carmona vuelve a estar en la órbita de Juan Antonio Pizzi para la selección nacional, luego de que no fuera nominado para la Copa Confederaciones. Sí fue parte de la delegación que ganó la China Cup, en enero.

El 22 de octubre finaliza la fase regular de la MLS, para luego dar paso a los playoffs, donde se definirá al campeón. El Atlanta United de Carmona apunta a esa dirección, porque en otro ítem ya domina, uno en el que la popularidad lo erige sobre el resto, de manera sorprendente.