Al técnico español Luis Enrique, hoy en Paris Saint-Germain de Francia, nunca le ha gustado la prensa. Así ocurrió cuando era jugador y ahora en la banca le gusta menos.
Traumática relación que ha escrito varios capítulos a lo largo de la carrera del asturiano, con o sin buzo. Recordada es la polémica que protagonizó en 1996, cuando pasó de Real Madrid a Barcelona.
El volante diestro tenía todo acordado con el equipo culé antes del final de su contrato con los merengues, situación que obviamente molestó a la dirigencia madridista.
El entonces jugador llegó a una conocida clínica capitalina para realizarse los exámenes de rigor, cuando fue sorprendido por un reportero gráfico, quien lo retrató en el momento. La reacción del gijonés no se dejó esperar y golpeó al profesional.
Más cerca en el tiempo, como entrenador de España en Qatar 2022 volvió a tratar a los medios con sorna y desprecio. Tanto que decidió abrir un canal de Twitch para marcar su agenda y hablar con el público sin filtros.
Un evidente ninguneo a los medios de comunicación, que no tuvieron piedad con el entrenador cuando fue eliminado en octavos de final, a manos de la sorprendente selección de Marruecos.
Nueva polémica
Desde que llegó como DT del PSG, en julio de 2023, ha sostenido varios enfrentamientos con la prensa. Largas conferencias de prensa en las que el hispano no ha escondido su menosprecio e indiferencia hacia los exigentes profesionales franceses.
Esta vez fue un poco más lejos en sus comentarios En una alocución cargada de ironía, Luis Enrique estableció las fronteras en su vínculo con los medios de comunicación.
“Yo me lo paso bien con ustedes. Me lo paso bien con la prensa. De hecho, me lo estoy pasando genial ahora. Es la verdad, lo paso bien cuando hablo con la prensa. Pero si me das a elegir no tendría ningún problema. Nunca lo he hecho. Nunca corto una conferencia de prensa, hablo, me gusta, hablo, digo todo lo que tengo que decir. También puedo hacer esto en otros idiomas. Mal, pero lo hago. Pero esta es una reflexión espontánea”, dijo el asturiano en la previa del duelo ante Brest.
A renglón siguiente, el entrenador descargó toda su artillería contra la prensa. Sin rodeos, estableció que no tendría problemas en rebajar su salario si le dieran la posibilidad de no asistir más a las conferencias de prensa.
“Si ahora me dices que tengo que firmar un papel para no hablar más con la prensa, que por eso me quitan el 25% y hasta 50% por ciento... lo firmo. Pero será imposible, porque los contratos que firman los clubes obligan al entrenador a hablar”, remató.