Se termina la era de Mario Sánchez en el fútbol chileno. La segunda, en rigor. Desde 2017, el ex juez internacional tenía a su cargo una serie de labores administrativas y la formación y designación de los jueces que ejercen en el Fútbol Joven, especialmente en las regiones. Cinco años antes estuvo a cargo del área de Desarrollo. En ese escenario, fue el protagonista de una de las principales polémicas que se han producido en la actividad. Fue caratulada como el Club del Poker, en alusión a un grupo de réferis que se juntaban a practicar el juego al alero de Sánchez y que recibían beneficios de la entonces autoridad, quien intentó explicar la situación en una entrevista con La Tercera. Uno de los nombres que surgió en la investigación fue el del actual presidente de la Comisión de Árbitros, Roberto Tobar.
Ahora, las labores que cumplía Sánchez estarán a cargo de una empresa. Fue el resultado de una licitación en la que participaron cinco firmas. La que ganó también es dirigida por un exjuez.
Un regreso polémico
El retorno de Sánchez al organigrama referil había obligado a Enrique Osses, entonces presidente de la Comisión, a dar explicaciones por su presencia. “Su rol es completamente administrativo. Se trata del control de llegada y vestimenta de árbitros y revisión de informes en el colegio regional de la Quinta Región Cordillera”, especificó.
No fue la única señal que entregó respecto de la función que cumplía. “Es uno de los ocho colegios regionales creados para fomentar el desarrollo de nuevos árbitros”, manifestó respecto del rol que se cumpliría en la región de Valparaíso. Luego fue más específico en relación a la tarea del ex juez internacional. “Sánchez comenzó a trabajar en agosto, y su labor es con los árbitros que actúan en el fútbol joven, en ningún caso a nivel profesional”, apuntó, precisamente en el afán de delimitar sus tareas.
En una entrevista a la radio ADN, Osses se hizo cargo de la decisión. “Nosotros llevamos un año y medio en esto. Hicimos una evaluación y en enero hicimos una reestructuración. En uno de los colegios de árbitros trabaja el señor Mario Sánchez. Lo reinsertamos. Le dimos una segunda oportunidad en un trabajo muy acotado, administrativo que tiene que ver con el fútbol de regiones”, profundizó. Fue, incluso, más directo. “Sé los costos y el directorio sabe del proyecto global. Y las decisiones particulares de quiénes iban a trabajar es responsabilidad mía”, estableció.
Modernización
Las tareas estarán a cargo de la Academia 100% Árbitros, cuyo máximo responsable es Claudio Fuenzalida, quien ejerció la actividad durante 30 años. En la descripción de la empresa se destaca que en 13 de ellos dirigió en Primera División. “Somos una empresa dedicada la prestación de servicios arbitrales en el país, con alrededor de 140 árbitros contratados, compuestos por hombres y mujeres. Dirigimos a las más importantes ligas de la región Metropolitana y además la misión de dirigir la prestigiosa Tercera División en el país. Nos especializamos en Fútbol, Futsal, Futbolito y Baby Fútbol”, consigna, además. Los servicios son más amplios, pues también se ofrecen implementación para jueces y cursos con la garantía de ejercicio laboral posterior.
En Quilín se aspira a que el trabajo de la prestadora de servicios modernice el área en el que se desempeñaba Sánchez. La necesidad fue expuesta por la Comisión de Árbitros. El área de Compras se encargó del proceso y Contraloría supervisó su desarrollo. “Esta adjudicación permitirá mayor control en lo técnico, operativo y logístico del arbitraje del fútbol formativo en regiones, desde la Sub 12 a la proyección”, explican en la sede del fútbol chileno. El factor económico fue clave para la adjudicación.