Cobresal es el líder del Campeonato Nacional. La sentencia se ha mantenido por varias jornadas. En el inicio de la recta final del certamen, la escuadra de El Salvador tiene 42 unidades. Le saca seis a Huachipato, su perseguidor más cercano. En el norte, el inicio de la cuenta regresiva se va mezclando con la revisión de un proceso que ya se puede calificar como exitoso: a comienzos de año, el objetivo era superar la campaña que habían realizado en 2022, en el que terminaron quintos. Hoy, les resulta inevitable ilusionarse con repetir la hazaña de 2015, cuando alzaron por única vez en su historia el trofeo de campeón. Esa vez, el conductor de la campaña fue Dalcio Giovangnoli.
Ahora, las miradas y los aplausos los concentra Gustavo Huerta. El estratega es un hombre de la casa. Como futbolista, vistió la camiseta del club entre 1983 y 1990. Como entrenador, el actual es su tercer período, el que comenzó en 2017 y consigna un 50,7 % de rendimiento, considerando todas las campañas. En la actual, alcanza un 66,6 %. Tiene la ofensiva más goleadora con 40 tantos y la segunda valla menos batida, con 19. Números aparte, el equipo minero tiene una identidad clara, producto de la idea del DT, en su momento el colaborador más estrecho de Nelson Acosta, y de una combinación de jugadores que tampoco es casual.
“Siendo bien objetivo, el profesor Huerta se caracteriza por formar buenos equipos de trabajo. Lo relevante son los grupos humanos que conforma, más que lo táctico. Les saca rendimiento a jugadores que no han tenido buenos rendimientos recientes o que han sufrido decepciones con sus equipos. Los conceptos son la eficiencia, la exigencia, convencer al jugador o a un grupo del cumplimiento de un objetivo bajo un concepto de grupo, sostenible en el tiempo”, explica el presidente del club, David Agüero. Una prueba es que los pilares del plantel actual son Leonardo Valencia, Alejandro Camargo y Cecilio Waterman.
El técnico lo destacó hace unos meses. “Reencantar a jugadores que en años pasados no han tenido buenas campañas. Nosotros los llevamos y los recuperamos. Eso es muy bueno para sus carreras, pero también es importante para nosotros”, dijo en Redgol. La mezcla se ha transformado en un sello. “Tratamos de hacer una mixtura. Buscar los jugadores para una temporada anual que cumpla con los objetivos. Después está lo económico: jugadores que estén en el plan del técnico, pero que estén en el presupuesto. Y, por cierto, están los jugadores que buscan reinventarse”, destaca Agüero.
La reducción del margen de error es fundamental. El club está abocado a desarrollar un sistema de scouting de nivel internacional que le permita reducir costos y reclutar buenos jugadores. El acierto con el argentino Franco García forma parte de esa lógica. “Se trabaja con todas las plataformas, pero añadimos scouting en distintos lugares para recibir recomendaciones de jugadores. Tenemos en Argentina, en México, en Brasil. Dos o tres en Argentina y uno más por país en los que nombré. Reportan a la gerencia técnica. También podemos exportar. Es un modelo de negocios que estamos profundizando, que requiere creatividad para potenciar ingresos. No tenemos ingresos por público o socios. Hay que ver cómo viabilizar el club”, explica Agüero.
Otro factor clave en la relación con Huerta es la cercanía. “Con él se pueden debatir puntos de vista. No existe ninguna dificultad para hablar de temas futbolísticos”, reconoce el timonel. Eso sí, establece una precisión: “Hay libertad para opinar, pero las decisiones son suyas”. La misma lógica corre para los futbolistas.
Un tercer factor que el dirigente considera fundamental es el geográfico. “Estar a mil y tantos kilómetros de la capital, en el desierto, genera situaciones difíciles, pero también hay fortalezas y oportunidades. Entrenar en la misma cancha en la que se juega lo es, en la medida en que se mantenga”, destaca. El plantel trabaja en el campo entre las 9 y las 12.00; y, por la tarde, desarrolla labores de gimnasio, si el cuerpo técnico lo establece. Hay otro que Agüero no menciona: que El Salvador ofrece escasas distracciones, lo que obliga a los jugadores a enfocarse en sus obligaciones.
El enemigo de Jadue
El dulce momento de Huerta alcanza, también, para recordar uno más apremiante: cuando, según él, sufrió presiones directas de Sergio Jadue, expresidente de la ANFP. “Fui bastante afectado. Yo estaba de DT en Antofagasta en ese tiempo y su presidente, Osciel Guzmán, me contó que Jadue lo llamó para decirle que si no me echaba, nos tiraría los árbitros encima. Después de que salí de Antofagasta, tuve posibilidades de dirigir que se caían de un día para otro y, claro, uno preguntando se enteraba de que se metía un asesor que tenía Jadue: ‘Así que quieren a Huerta... Por ningún motivo’”, reveló en 2020 a La Tercera.
En el exdirectorio de Jadue niegan la acusación. “Jamás lo bloqueamos ni supe que alguien quiso hacerlo. Lo considero un gran técnico, una gran persona, pero en ese momento tampoco le estaba yendo muy bien como entrenador”, dispara Jorge Fistonic, extesorero. “Para mí es un gran profesional y solo puedo decir que nunca se le sacó de ningún club ni selección”, sentencia.