El futbolista que se hizo barbero durante la cuarentena
Cristián Zavala (20) llegó a reforzar al Vial en el campeonato en que espera conseguir el ascenso a Primera B, pero no solo se transformó en el lateral derecho titular; también es el peluquero oficial del plantel.
Cuando a Cristián Zavala (20) le ofrecieron irse al sur para ser el nuevo lateral derecho de Arturo Fernández Vial, no lo dudó. En Coquimbo Unido terminó el campeonato casi no jugando, por lo que la oferta de los ferroviarios, pese a significar bajar de Primera División a Segunda Profesional, estuvo muy lejos de desalentarlo. Todo lo contrario. En el Biobío iba a ser parte de un proceso encabezado por dos referentes del balompié criollo: Jorge Garcés, como entrenador, y el experimentado Arturo Sanhueza, como capitán. El proyecto lo ilusiona, pese a que aún no sabe cuándo podrá debutar.
La pausa obligada por el coronavirus ha complicado a muchos futbolistas, pero este defensa formado en Colo Colo y Magallanes mira el lado positivo. Ha pasado por tantas situaciones, dice, que una pausa por la pandemia está lejos de desanimarlo. De hecho, su hiperactividad es tal que está aprovechando de ejercer su otro oficio. Por las tardes, después de entrenar por Zoom con sus compañeros, toma la tijera y la rasuradora: Zavala es un barbero.
“Tengo muchos amigos que trabajan en esto y ellos comenzaron a enseñarme. Me prestaban sus cabezas y sus máquinas para que yo aprendiera”, recuerda, entre risas. “Al principio me daba miedo, porque era raro y podía hacer algo mal, pero ya estoy tomándole el ritmo”. Aunque aún se considera en formación, no le ha costado hacerse de una clientela. De hecho, ya es el barbero al que muchos de sus propios compañeros de camarín recurren y, como en Concepción no hay cuarentena, dice, los visita a domicilio.
Así como destaca en la velocidad por la banda derecha, también lo hace en la rapidez para un degradado o un corte más conservador. Por su buena mano, de hecho, ya firmó como fichaje en Exclusive Barber, una barbería penquista en la que corta regularmente el cabello a quienes agenden con él. Sabe que por la pandemia la situación es delicada, pero asegura tomar todas las precauciones. “A todos les tomamos la temperatura antes de entrar. Siempre debe tener la mascarilla, y no se permiten más de tres clientes dentro del local. Obviamente, desinfecto todo lo que voy a utilizar antes y después”, explica.
Cumpliendo un sueño
Zavala siempre ha sido enérgico en sus decisiones, siendo la más drástica transformarse en futbolista. Su ruta ha tenido algunas sacudidas. A los 15 años, se fue de Colo Colo a Magallanes; “el entrenador no me hacía jugar”, dice. Con los carabeleros llegó a la sub 19, pero volvió a encontrarse con la barrera de la indiferencia. Por eso, cuando se enteró de una prueba en Coquimbo Unido, se fue hasta con la polola.
No fue fácil. “Me quedaba en la casa de una tía. Al principio iba a ser una semana, así que llevamos una carpa con mi polola para dormir en el patio. Pero el profe me dijo que había quedado seleccionado, así que pasé a quedarme tres meses en esa carpa. Por suerte fue en verano”, recuerda.
Debutó a los cuatro meses, considerado como el segundo juvenil del equipo, tras Diego González, e incluso vivió el esquivo ascenso del equipo pirata a Primera en 2018. “Fue muy especial. Lo recuerdo como algo muy bonito, porque jugué el campeonato del ascenso. Al final, me terminé haciendo hincha del club, porque la gente de allá lo vive con mucha pasión y eso es algo que a uno como jugador lo marca mucho”, dice enfático.
Todo eso lo hizo siendo juvenil, con sueldo de juvenil. “Como no tenía mucha plata, buscaba alguna otra cosa que hacer con mi polola. Vendíamos alfajores en la feria, me acuerdo. Al principio me daba vergüenza, pero después entendí que no tenía nada de malo”. Radicado ahora en Concepción, y con una nueva integrante en la familia (su hija, de tres meses), este lateral vio en el corte de pelo un nuevo trabajo adicional.
Y ya es el barbero oficial del plantel, con el que espera solo ascender. “El único premio para esta división es salir campeón, no hay otro. Nadie se acordará de ti si no sales campeón. Tenemos un proyecto ambicioso, con jugadores muy buenos, así que a eso apuntamos todos”, cuenta. Uno de sus cercanos es también el experimentado Arturo Sanhueza, que con sus 41 años, llegó a vivir el ocaso de su carrera junto al club que lo formó. “Jugar con Arturo es un sueño. Lo veía en la tele, porque soy colocolino, y compartir camarín con él ahora es algo bonito”.
Por suerte, el Vial es uno de los pocos clubes de Segunda que aún se mantiene pagando el sueldo a sus jugadores. “Somos unos privilegiados. Veo que clubes considerados grandes con problemas para pagar el sueldo de sus jugadores, pero aquí eso no pasa, se han portado muy bien, no podría decir otra cosa”, asegura.
Se siente tan comprometido con el Almirante que hasta borró un tatuaje en el antebrazo donde tenía un león, la mascota de Deportes Concepción, el archirrival. “Unos hinchas lo comentaron en mi presentación, así que lo cambié no más y ahora es un tigre”, cuenta a carcajadas.
La pandemia aún no se controla en el país, por lo que junto a sus colegas futbolistas espera intranquilo el retorno. Zavala no tiene muchas otras opciones. Por eso, con ellos aprovecha de mejorar su estilo, ahora, como barbero.
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