España queda eliminada en los penales frente a Marruecos y las miradas se centran en Luis Enrique. La prensa ibérica se lanza sobre el entrenador con la misma intensidad con que lo hace frente a una actuación para el olvido, aunque quizás lo más importante sea lo que puede suceder en un par de días. Es evidente que la federación que preside Luis Rubiales tendrá que analizar el proceso y, sobre todo, que buscará culpables para el papelón. Los internos, claro está, porque el héroe marroquí fue el portero Yassine Bounou Y que, en ese escenario, el que corre más riesgos de salir salpicado e incluso de quedar sin trabajo es el técnico. Sobre todo porque su contrato llegó al fin.

El ex jugador del Real Madrid y el Barcelona no se atreve a asegurar su continuidad. “No es el momento. Tengo más salidas que el metro. Tengo ganas de ver a mi gente. La próxima semana hablaré con el presi. Hay que asimilar esta decepción y llevarla de la mejor manera”, explica después de la caída ante el equipo africano.

No puedo decir si voy a seguir o no porque no lo sé. No tiene importancia mi futuro. Mi contrato se acaba, y yo estoy bien. Si por mi fuera seguiría toda mi vida. Tengo que pensar qué es mejor para mí y para la Selección. Tengo una conversación pendiente con Rubiales y con Molina”, añade, más tarde, en otra de sus declaraciones.

“Faltó el gol”

El entrenador blinda a sus jugadores. A la hora de analizar el duelo, repara en la única carencia que detectó. “El gol”, dice, con seguridad. “Es una reflexión que cualquiera puede hacer. Lo hemos intentando por tierra mar y aire. Es la fase más complicada del fútbol que ya hemos visto en partidos anteriores. Han defendido de una manera bestial, con un gran esfuerzo e individualidades de mucho nivel. Me siento muy orgulloso de mis jugadores y han interpretado todo como queríamos jugar. Los jugadores están muy fastidiados. Como representantes de un país tenemos que saber ganar y perder”, puntualiza.

Lo que descarta de plano es que la definición por penales se haya resuelto por fortuna. Mala, en su caso. “No. Templanza de un lanzador y la calidad de un portero. Teníamos esas cosas pero he escogido a tres lanzadores que volvería a escoger. Solo fallan penaltis los que los tiran. Sin condicionarlos, he decidido que ellos escogieran el resto. Unai ha estado muy bien pero Bono ha estado soberbio”, resalta.

En lo que sí es enfático es en asumir la responsabilidad en la elección de los lanzadores. “He sido yo el que ha elegido a los lanzadores. Y si se volviera a repetir, volvería a elegir a los tres primeros. Al que quitaría es a Bono, y pondría a otro portero. Se merece ser el mejor jugador del partido”, sostiene.

Luego, a modo de conclusión, reflexiona sobre algunas de sus decisiones. “Los jugadores han hecho lo que les he pedido al cien por cien. Ya no vale de nada flagelarse. No tengo ningún reproche para este grupo de jugadores. Hay jugadores que se han quedado sin jugar y tengo ese resquemor. Y sobre todo con Sarabia, con el que me he equivocado. Ha salido a tirar un penalti y en pocos segundos ha generado ocasiones”, concluye.

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