La crisis política del fútbol chileno no se detiene. Ayer, Rául Jélvez, primer vicepresidente de la ANFP, renunció a su cargo y dejó al directorio que preside Sebastián Moreno con apenas tres miembros de siete, lo que impide su funcionamiento por estatutos. Un golpe de estado que la rebelión venía buscando hace tiempo y que, finalmente, se concretó.
Moreno queda al borde de la destitución, ya que ahora su mesa está imposibilitada para sesionar. “Los estatutos disponen de un quórum mínimo para las sesiones de directorio, que es de la mayoría de los directores en ejercicio”, reconocía en marzo Matías Rivadeneira, secretario ejecutivo de la entidad, luego del alejamiento de Aldo Corradossi.
Según la circular que la ANFP les envió a los clubes, Jélvez renunció el 1 de abril, o sea, hace más de un mes. Sin embargo, el hecho fue dado a conocer recién ayer, lo que generó nuevas críticas hacia la gestión de Moreno por parte de los presidentes.
El escenario es más grave si se considera que Arturo Aguayo, secretario general subrogante, también renunciará a su cargo, según aseguran desde la rebelión. “Es inminente”, advierten. Si aquello se concreta, Moreno se quedará solo con Marcos Kaplún y con ninguno de los que fueron originalmente en su lista.
Pese al adverso escenario, dicen desde Quilín que Moreno no va a renunciar inmediatamente. “Por más que quisiera irse, por una cuestión de responsabilidad y de imagen no puede llegar y dejar todo tirado, porque eso provocaría un caos en la administración”, admiten en su círculo. La idea del abogado es tener una salida digna y no por la puerta trasera. Y si puede terminar su período, mucho mejor.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con su postura. Por eso, los clubes debaten qué hacer con él. Los que componen la rebelión, por ejemplo, quieren a Moreno fuera de Quilín lo antes posible para convocar a una nueva elección con Jorge Uauy, timonel de Palestino, como presidenciable. Para eso, consiguieron el apoyo de Felipe Muñoz, dueño de Rangers, lo que provocó que Jorge Yunge ayer desistiera de su candidatura al directorio.
“La administración ya no daba para más. La candidatura de Jorge nació de un pedido de Moreno anterior al estallido social, pero hoy la situación de la ANFP es caótica. Llevarle un director cuando todos se van no tiene sentido. Si un directorio no puede sesionar se acaba. No tiene nada más que hacer. Si bien hay clubes que quieren darle a Moreno una salida mas larga por cuestiones de firmas y trámites, la verdad es que en cualquier empresa o directorio los cambios de administración son habituales”, dice Muñoz a La Tercera.
“Ha tenido mal manejo de las crisis. Ni en el estallido ni con el Covid-19 fue el líder que se necesitó para el fútbol chileno. Sentimos que durante el estallido se pudo hacer más para que el fútbol se jugara y ahora se han abierto los mall, los colegios van a volver a clases, volvieron algunos deportes y el fútbol no tiene fecha concreta para volver a entrenar. Hay conflictos con nuestros sponsor y la ANFP no nos ha dado solución. Se necesita un liderazgo distinto”, agrega.
La otra postura es darle una salida digna. Por eso, el lunes en la noche hubo una reunión entre el directorio de la ANFP (sin Jélvez) y Universidad Católica, Colo Colo, la U, O’Higgins, Iquique y Wanderers, con el fin de buscar una forma ordenada para el desalojamiento de Moreno, con elecciones en noviembre.
“Nosotros queremos gobernabilidad. Tiene que haber un proceso. Yo lo viví como director, cuando se le pidió la renuncia a Sergio Jadue y Nibaldo Jaque, presidente y secretario general, respectivamente. No fue fácil el proceso por los poderes notariales, ya que nadie tenía firmas de cheques, entre otras cosas. Yo le expliqué a este grupo que quiere sacar a Moreno, que lo puso y que hoy es rebelión, que no es fácil. Tiene que haber un proceso”, sostiene Jorge Fistonic, vicepresidente de Iquique. De paso, detalla la idea de Moreno: “Moreno me dijo que estaba dispuesto a dar un paso al costado, que por la industria él lo haría, que iría a elecciones anticipadas. Pero debe ser de forma organizada”, agrega. Repara en el futuro: “Hoy estamos atados de mano. Si no hay voto de censura él se puede quedar lo que dura el cargo. Hay que llamar a elecciones, pero con tiempo, programado con él. Debe haber sí o sí elecciones, no hay dudas. Creemos que tiene que ser agosto porque debe ser antes del plebiscito para tomar medidas con el gobierno por todo lo que puede suceder”, cierra.