El 10 de abril de 2014, Roberto Tobar dirigió su primer partido internacional de clubes. Fue un Atlético Mineiro-Zamora, por la fase de grupos de la Copa Libertadores, torneo en el que no volvió a aparecer hasta 2016. Hoy, cinco años y siete meses después, el juez chileno se apresta para dirigir, el sábado, su segunda final de Libertadores de forma consecutiva (la sexta de cualquier tipo en tres años) y con ello consolidarse como el árbitro más importante del continente en la actualidad.
"En estos momentos es el mejor de Sudamérica", dice a La Tercera con total certeza el argentino Javier Castrilli, el Sheriff, quien dirigió en Francia 98, la Confederaciones 97 y la Copa América 95, entre otros.
Quienes han sentido el rigor de su silbato también opinan. "Me ha dirigido un par de partidos y si va a dirigir una final, es porque es muy bueno", aporta, a su vez, Marcelo Cañete, hoy volante de Cobresal y quien ha tenido a Tobar como árbitro en partidos de Copa Libertadores, cuando defendía a Libertad de Paraguay.
Enrique Osses, jefe de los árbitros chilenos, también muestra su parecer: "Desde 2017 el arbitraje chileno viene representado en la finales de copas internacionales. Estamos muy orgullosos. Él y su equipo se han ganado estas oportunidades".
Y Rubén Selman, ex árbitro FIFA chileno, asegura que en Tobar ve "una gran evolución, demostrando que su crecimiento ha sido exponencial. Por sus méritos ha sido reconocido nuevamente en una final. Roberto ha escuchado los consejos y las opiniones, y eso se nota y lo ha llevado a posicionarse como el número 1 de América".
El próximo 23 de noviembre, en Lima, Tobar, tal como el año pasado en la definición de ida entre River Plate y Boca Juniors, será el encargado de impartir justicia en la final que otra vez jugarán los Millonarios, aunque ahora ante Flamengo de Brasil. El chileno pasará a la historia como el árbitro de la primera final única.
"Su designación es perfecta. Creo que es la mejor decisión que pudo tomar Conmebol tomando en cuenta los países de los equipos finalistas, porque además mantiene una personalidad que hace que el jugador se sienta más cómodo jugando, por su forma de dirigir, el juegue-juegue, lo que da más fútbol y en una final, ese tipo de dirección contribuye al espectáculo", aporta Martín Vázquez, ex juez uruguayo y quien dirigió en los Juegos Olímpicos de 2008, Sudáfrica 2010 y el Mundial sub 17 de 2009, entre otros.
Ingeniero
En ese sentido, sus colegas no dudan en destacar sus principales cualidades: "El nivel de acierto por sobre todo y la confiabilidad que transmite", reseña Castrilli. "Es un árbitro con muy buen manejo y control de juego", aporta, en tanto, Osses.
El charrúa Vázquez, que se muestra a favor de la determinación, aporta un pero: "En el torneo local es donde más errores infantiles comete, como querer ser protagonista de los partidos. Esa es la gran diferencia que tiene cuando arbitra el campeonato y la Libertadores. Quizás no se da cuenta, pero a pesar de eso sigue siendo el mejor árbitro de Chile". Incluso se aventura a decir que Tobar "está sin dudas entre los tres primeros del continente, en un podio con Andrés Cunha de Uruguay y Wilton Sampaio de Brasil".
A sus 41 años, el Ingeniero en Gestión Informática se apresta a dirigir una nueva final. Ya tiene en su haber la de la Copa América de este año, la Libertadores 2018, Sudamericana 2018 y las Recopas Sudamericanas de 2017 y 2019, para cerrar dos años de ensueño en su vida de árbitro.