Elementos para abordar el desastre del Barcelona frente al Bayern Múnich sobran. Por donde se mire se pueden encontrar pruebas de una actuación paupérrima, muy alejada de la imagen de un equipo que antes parecía invencible. El equipo culé fue una sombra de otras versiones más alegres, fructíferas y ofensivas.
El mapa de calor de Luis Suárez, una de las insignias del ataque blaugrana, publicado por Opta parece broma, pero no lo es. El gráfico muestra con claridad cuál fue la zona del campo por la que más más se movió: el círculo central. En ese lugar, le correspondió, fundamentalmente, reiniciar el juego ante cada estocada del equipo germano.
Otro registro consigna que el uruguayo realizó 24 pases. De ellos, nueve se produjeron en el circulo central: el saque inicial y las ocho reanudaciones después de cada gol alemán.