Jaime Valdés es uno de los mejores centrocampistas que ha dado el fútbol chileno. Tiene 40 años, una sabrosa y completa carrera internacional ya a sus espaldas, pero no tiene intención aún de jubilarse. En San Antonio, en Segunda, piensa seguir repartiendo pases. Pajarito sigue volando.
¿Qué siente al ver su carrera hacia atrás?
La verdad es que me enorgullece mucho todo lo que he hecho como futbolista. Estoy tranquilo y feliz de poder decir que siempre di todo de mí y que me preocupé de rendir al máximo en todos los clubes en los que estuve.
Y no es menor que el mismísimo Pellegrini le hiciera debutar en el profesionalismo…
Así es. Yo era súper chico, tenía 18 años. Manuel ya era un muy buen técnico y se podía ver que estaba para grandes cosas. Cuando me hizo debutar en Palestino me dio mucha confianza.
Y se fue a Italia.
Sí. Me fue súper bien desde temprano y tuve la oportunidad de irme a jugar a Italia y después pasar por Portugal. Fue una muy buena etapa de mi vida que recuerdo con mucho orgullo. Conocí muchos entrenadores con muchos distintos estilos de juego que me fueron formando finalmente.
¿Cómo fue volver a Chile para defender al equipo del que siempre dijo ser hincha?
Fue una muy bonita experiencia. Al volver a Colo Colo tuve un muy buen rendimiento, además de ser muy constante. Al par de meses llegó Esteban Paredes, y ahí el equipo se hizo muy fuerte. A pesar del cambio de técnicos, no perdí la constancia. Supe mantener mi nivel en alto y darlo todo en todo momento.
¿Y la Selección? ¿Las lesiones le pasaron la cuenta?
Bueno, sí, me hubiese encantado representar en más ocasiones al país. Justo me lesioné cuando me llamaron.
¿La rotura de meniscos tuvo que ver con su partida de Colo Colo?
Sí, se podría decir que influyó. Yo nunca había tenido una lesión. Esa no fue de tanta gravedad, pero sí me dejó muy atrás al no permitirme hacer una pretemporada normal con el equipo. Tanto en lo físico como en lo táctico y la idea que quería traspasar Mario Salas, me dejó atrás. El primer semestre de 2019 jugué muy poco, y, cuando ya estaba bien en el segundo, tuve muy pocas posibilidades de continuidad como titular. Yo creo que por eso pasó la decisión de no renovarme.
Tuvo una gran temporada en La Serena.
Sí, en 2020, en La Serena, demostré que yo todavía estaba vigente. De un total de 34 partidos jugué 33, los número están ahí. La verdad es que viendo hoy todo esto, perfectamente pude haber continuado en Colo Colo. No se dio, y ahora me encuentro en San Antonio, y espero estar a la altura de la situación. Es un proyecto bonito, muy interesante. Se armó un buen equipo para pelear el ascenso.
¿Cómo hace para dejar el equipo de sus amores y llegar a vibrar con otro?
Uno es profesional y sabe que si se toma un desafío, se tiene que estar comprometido al 100%. Yo llegué a Deportes La Serena con un objetivo claro, que era poder ganar la final del ascenso. Lo pudimos conseguir. Después, el segundo objetivo era mantener la categoría.
Les costó arrancar en la Primera División...
Sí. Empezar el campeonato con un equipo que no fue hecho para Primera, sino para competir en la Primera B, fue bastante difícil. Con compromiso, esfuerzo, se pudo. Al guiar a los muchachos que estaban haciendo sus primeros partidos en Primera División, fue una rueda bastante dura. A pesar de que el equipo jugaba bastante bien, no podíamos sumar puntos. Eso nos tenía bastante complicados. Sumamos nueve puntos en la primera rueda. Después, en la segunda, llegaron muchachos de experiencia y Miguel Ponce. Pudimos sumar 30 puntos. Fue una locura, algo impensado. Cuando todos nos daban por muertos, tuvimos la fuerza, la voluntad y el coraje para poder salir a jugar los partidos y ser protagonistas. Conseguimos una racha importantísima de puntos que terminó con la salvación del equipo. Fue un año durísimo, pero terminó bien. Cumplimos el objetivo, que era impensado después de la primera rueda.
Cuando dejó Deportes La Serena les dio las gracias a Bozán y Ponce por sus enseñanzas, ¿cuáles fueron?
Francisco es un entrenador súper preparado. Él tuvo la mala fortuna de contar con un equipo muy joven, con pocos jugadores de experiencia y jerarquía. Él hizo un trabajo increíble; hacía jugar muy bien al equipo, pero terminábamos perdiendo los partidos. Además de varias decisiones arbitrales y el VAR, que terminaban en que no podíamos sumar puntos. Al final eso pesó bastante para que la dirigencia tuviera que hacer un cambio de entrenador. Cuando asumió Miguel, él aportó mucha confianza en los muchachos, porque era un momento difícil para todos. Él trabajó muy duro y, junto con la llegada de los nuevos jugadores, el nivel del equipo se elevó mucho.
También se refirió a la decisión de volver a vivir a Santiago, ¿cómo se condice ese mensaje con su llegada a San Antonio Unido?
Bueno, la idea siempre fue ir un año a La Serena y después regresar a Santiago, ya que mi familia y yo somos todos de Santiago. Sin embargo, la idea también era seguir jugando. Tuve varias ofertas, pero yo quería volver a Colo Colo.
¿Dijo que habría jugado gratis ahí?
Sí. Yo feliz hubiese jugado gratis en Colo Colo. Si en San Antonio estoy jugando casi gratis, al Colo me hubiese ido gratis. Es más, tengo el permiso del presidente de San Antonio de que si me llegan a llamar de Colo Colo, me puedo ir sin problemas del club. Yo hice todo lo posible para tratar de volver, pero no se dio. Yo entiendo que el momento no era el más adecuado, era difícil, y con un equipo en pleno proceso de rejuvenecimiento. No era el momento para volver, pero esa era la idea al principio: Colo Colo o San Antonio. No había otra idea para mí, a pesar de haber escuchado muchas ofertas. Cuando no se pudo con Colo Colo, yo acepté la oferta de ser parte del proyecto que tiene San Antonio, por mi relación con el presidente del club y con Esteban, para tratar de ayudar a que el equipo vuelva a la Primera B.
¿Qué ofertas recibió?
Prefiero no decir los nombres de los equipos que me contactaron. Eso sí, quiero darles las gracias por el interés que tuvieron. Fueron cuatro de Primera A, tres de Primera B y tres de Segunda Profesional.
¿Su llegada a San Antonio no viene con sobresueldo ni intención económica detrás?
Mi llegada es por un tema deportivo; para seguir compitiendo y ayudar al club a llegar a Primera B. Afortunadamente, por todo lo que he hecho durante mi carrera, ahora puedo tomar esta decisión de manera tranquila. Puedo elegir un proyecto deportivo antes que algo económico. Quiero aportar con mi experiencia y jerarquía dentro de un equipo joven para poder lograr el ascenso.
¿Negoció su contrato con Esteban Paredes?
No, yo hablé con el presidente, quien es uno de mis mejores amigos. Me venía insistiendo y pololeando hace tiempo. No hubo necesidad de hablar con Esteban. Cuando supo mi decisión me llamó súper contento y estuvimos conversando un buen rato.
¿Y de qué conoce tanto al presidente?
Con Guillermo Lee nos conocemos hace más de cinco años. Estábamos en el aeropuerto de Lima y se quería sacar una foto conmigo, pero le daba vergüenza. Su jefa se puso a conversar con mi señora y ahí nos hicimos amigos. De hecho, yo le presenté a Esteban y soy el responsable de que Guillermo esté en el fútbol. Es por eso que vengo a San Antonio, para tratar de ayudarlo a él y a Esteban en que el SAU vuelva a la Primera B.
Jaime Valdés: “No tengo la intención de retirarme”
¿Es San Antonio su última parada en el fútbol profesional?
No lo sé. Yo me siento bien físicamente y si me llamaron equipos de Primera A es porque hice un buen torneo en La Serena. De hecho, en La Serena querían que me quedara un año más.
No descarta seguir en otro lado después.
Yo firmé un contrato por dos años con San Antonio para poder tener la posibilidad de una revancha si es que no llegamos a ascender este año.
¿Hay posibilidades de un retiro doble con Paredes en San Antonio?
Yo creo que ésta sí podría ser mi última estación y sí, esperaría a Esteban para retirarnos juntos aquí en San Antonio. Eso sí, depende de cómo siga Esteban, porque parece que con el cambio de aire está rejuveneciendo el muchacho ese. Me gustaría mucho poder volver a compartir camarín y cancha con Esteban, porque lo conozco y entendemos muy bien el juego del otro. Dependerá de él si quiere venirse el otro año o si quiere seguir jugando en otro lado. Yo se lo he dicho muchas veces. Si él lo quisiese, podría seguir jugando hasta los 50 años, porque los goles los va a hacer siempre. Él tiene una estructura táctica muy buena, y mientras juegue con jugadores que lo puedan asistir, él va a hacer goles hasta que termine de jugar. Eso es algo que tiene y que no lo va a perder.
¿Con quién más le gustaría jugar en San Antonio?
Bueno, la otra persona que me gustaría que viniese a jugar acá el próximo año es Chupete Suazo. Es de la zona, conoce a la institución... Yo a Chupete le dije cuando firmé que necesitaba un goleador para llevar a San Antonio a la Primera A. El presidente es bueno para negociar y pololear, así que eso se lo dejo a él. También me traería a Matías Fernández a jugar conmigo, y a varios ex compañeros que tuve en Colo Colo.
¿Ha pensado en su retiro?
No tengo la intención de retirarme todavía, porque no he sufrido lesiones graves y físicamente estoy impecable. Tengo 40 años. Hay otros jugadores que se retiran a los 30-35 años, es algo totalmente personal.
¿Por qué al futbolista chileno le cuesta saber cuándo es el momento de retirarse?
Eso depende del caso del futbolista en particular y de si está rindiendo o no. Acá en Chile hay un prejuicio con la edad: si un jugador de más de 35 años juega tres partidos mal, dicen que ya no corre, que está lento y que está viejo. Hay muchachos de 20-25 años que juegan todo un semestre mal y por el hecho de tener contrato siguen jugando. Entonces uno no entiende esas cosas. Los jugadores mayores de 35 años son de buen nivel y con un rendimiento constante. Eso lo podemos ver al analizar el último campeonato de Primera. Los mayores de 35 todos terminaron con un gran nivel: Jiménez, Humberto, Villanueva, yo y muchos más que podría destacar. Pero el hecho de tener una edad avanzada viene con un prejuicio. La verdad es que el jugador mayor siempre se está cuidando mucho más que el joven. Está preocupado de la alimentación y de entrenar bien, porque sabe que si juega tres partidos mal, va a ser difícil encontrar equipo.