Ver a Fernando González jugando contra Roger Federer obligaba a quedarse pegado al televisor por varias horas. La sola convocatoria garantizaba tenis de gran calidad, con potentes tiros de lado y lado y una altísima intensidad. El recuento, eso sí, favoreció ampliamente al suizo, que superó al chileno en la estadística por un rotundo 12-1. La única victoria del chileno se produjo en el ATP Finals de 2007 y la derrota más dolorosa para el nacional fue la caída en la final del Abierto de Australia del mismo año.

Ambos fraguaron una rivalidad dentro de la cancha, pero también una relación de amplio respeto fuera de ella. Los elogios entre ambos fueron mutuos y siguen siéndolo. “Una de las derechas más grandes de la historia”, ha dicho el helvético en reiteradas oportunidades para referirse al golpe con el que el Bombardero de La Reina entró de lleno en el inconsciente colectivo del deporte blanco.

El recuerdo

De González a Federer los elogios también son profusos. A modo de resumen, por ejemplo, queda el posteo que realizó el chileno cuando el suizo anunció que dejaba el tenis. “Podría escribir muchas palabras, pero no serían suficiente para todo lo que hiciste en la cancha y fuera de ella. #graciasrogerfederer @rogerfederer”, escribió en su cuenta en Instagram. En otra oportunidad, maldijo haber tenido que compartir generación con el oriundo de Basilea y con Rafael Nadal, los dominadores del circuito mundial en la época en que también figuraba entre los mejores.

Federer y González se saludan tiempo después de sus grandes enfrentamientos.

Ahora, sin embargo, desclasifica un recuerdo de la época en que ambos se formaban para transformarse en las leyendas que, finalmente, lograron ser. “Lo conozco desde los 12 años y era malo. De hecho, una vez en un torneo Sub14 yo era el mejor junior del mundo y él era un año menor. Se me acercó y me hizo preguntas. Le di algunos consejos. Agarré super buena onda con él ahí. Andábamos juntos para todos lados”, revela en TNT Sports.

El día en que pudo jugar por Italia

El de la relación con Federer no fue el único capítulo sabroso que González puso sobre la mesa. También hubo otro: el del día en que pudo jugar por Italia. “Me tantearon de la Federación de Italia para ver si podía jugar por ellos. Mi segundo apellido es italiano y en ese entonces no tenían tenistas nacionales muy buenos. Hubo conversaciones pero no pasó nada al final. Soy chileno y quería defender a mi país”, explicó.

Las otras fueron las habituales referencias a sus hitos. “Nos cambió la vida. Pasamos de ser conocidos a casi estrellas. Íbamos a restaurantes y se llenaba afuera, algo como lo que ocurre con Messi hoy en Estados Unidos, pero a otra escala. Fue hermoso”, rememoró respecto de lo que sucedió después de las medallas que sumó en Atenas junto a Nicolás Massú.

También elogió a Nicolás Jarry. “Me gusta mucho el tenis de Nico Jarry pero creo que lo puede mejorar mucho. Lo enfocaría de otra forma, pero tiene todas las capacidades”, sostuvo. Eso sí, le dio un consejo. “Como es alto podría jugar puntos más cortos para poder llegar más entero al final del partido o de temporada. Le está yendo muy bien”, sentenció.

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