El informe de Ángelo Hermosilla, juez del encuentro entre Universidad de Chile y Audax Italiano, era un documento clave. En las manos del árbitro estaba la posibilidad de consignar todas las incidencias que se hicieron públicas por las denuncias del volante azul Luis Felipe Gallegos y del técnico laico, Sebastián Miranda, quienes expusieron que el primero había sido insultado por el encargado principal de aplicar el reglamento. Por cierto, también, la prerrogativa de aportar antecedentes claves para la eventual investigación que podría realizar el Tribunal de Disciplina respecto del caso.
Sin embargo, ni el ente sancionador del fútbol chileno ni quienes están interesados en seguir la controversia pudieron contar con información esclarecedora, al menos desde la perspectiva de quien, en el ejercicio de su función, se constituye en el garante del apego a las reglas del juego y de la conducta en la cancha. Ninguna letra. Cero.
El juez se limita a detallar la causa de las amonestaciones que aplicó. “Ser culpable de conducta antideportiva”, para los casos de Emmanuel Ojeda, Lucas Assadi, Cristóbal Campos y Ronnie Fernández, en la U, y de Fabián Torres y Matías Sepúlveda en la escuadra de Juan José Ribera. “Retrasar la reanudación del juego”, se anota en los casos de Carlos Labrín y Tomás Sepúlveda, ambos de Audax.
La denuncia
La U golpeó la mesa en las primeras horas de la jornada de ayer, la inmediatamente siguiente a la disputa del encuentro. Con el recuerdo fresco del choque ante los floridanos, elevó una carta formal a la ANFP y pidió una reunión con el presidente Pablo Milad para analizar el actual momento del referato.
En La Cisterna se sienten perjudicados por las actuaciones referiles. De hecho, no es primera vez que reclaman. Después del partido frente a Palestino habían presentado una nota de protesta por la actuación de los encargados de administrar el funcionamiento del VAR. En esa oportunidad, acompañaron imágenes con las que pretendían certificar los errores que habían cometido los jueces al sancionar jugadas claves.
La queja también abordará la diferencia de criterios del Tribunal de Disciplina en relación a la prohibición de recibir público en el duelo ante los itálicos, considerando que la instancia acogió una orden de no innovar solicitada por Universidad Católica, lo que le permitió ingresar aficionados al Clásico Universitario por la Copa Chile. El resultado fue nefasto: el partido debió ser suspendido a los cinco minutos, después de que una bomba de estruendo impactara al golero azul Martín Parra, quien sufrió un severo trauma acústico.
En el inicio de su gestión como asesor del directorio de Azul Azul, Mauricio Etcheverry se había reunido con la Comisión de Árbitros para plantear aprensiones en el mismo sentido. En ese momento, en el club estudiantil ya existía la convicción de que el rendimiento de los jueces no era el adecuado y, principalmente, de que la U estaba siendo perjudicada por las decisiones que se estaban adoptando. A casi dos meses de esa cita, la percepción solo ha conseguido profundizarse.