Como si el nerviosismo y la incertidumbre ya no marcaran la antesala del encuentro entre Bolivia y Chile, por la obligación de ganar con que lo afronta la escuadra de Martín Lasarte, el invierno boliviano le agrega una dosis adicional de preocupación a la Roja. A poco tiempo del inicio del compromiso en el estadio Hernando Siles, de La Paz, las intensas precipitaciones que caen sobre la capital del país altiplánico preocupan a los organizadores y mantienen en entredicho la disputa.
El aguacero no solo ha afectado los accesos al principal recinto deportivo de Bolivia. También se han visto afectadas la cancha, que está completamente inundada, e incluso las bancas, que presentan una alta cantidad de agua acumulada. Ya antes del encuentro, los jugadores locales habían manifestado reparos a las condiciones en que estaba el campo de juego.
Personal de la federación boliviana y de la administración del estadio intentan drenar el agua para deja la cancha en condiciones aceptables, que minimicen lo más posible el riesgo para los futbolistas.
En las manos del juez
En ese contexto, en la Roja esperan el pronunciamiento de las autoridades encargadas de supervisar el desarrollo del encuentro para determinar si se jugará o no. Por el momento, en todo caso, la delegación chilena no ha recibido información al respecto.
La opinión del juez venezolano Alexis Herrera será clave para determinar si se juega o no, aunque en la Roja ya anunciaron la formación del equipo.