A mediados de 2020, Toulouse -el nuevo cuadro de Gabriel Suazo- había tocado fondo, deportivamente hablando. Después de 17 temporadas ininterrumpidas en la máxima categoría del fútbol francés, el equipo violeta terminaba en el último puesto y descendía inexorablemente a la Ligue 2 del balompié galo.
El proyecto que había mantenido al TFC en la elite del fútbol galo había fracasado. Después de veinte años bajo la dirección del empresario tolosano Olivier Sadran, la institución dio un giro rotundo el 20 de julio de 2020 tras la compra del 85% de las acciones del club por parte del fondo de inversión estadounidense RedBird Capital Partners.
La primera medida de los nuevos propietarios fue el nombramiento de Damien Comolli como nuevo presidente del TFC. Un exentrenador de larga trayectoria que fue scout de Arsenal de Inglaterra y director deportivo de Liverpool y Fenerbahçe de Turquía, entre otros clubes. Con la llegada del nacido en Béziers y la ayuda del nuevo director general Olivier Jaubert se inició una nueva era en el cuadro de los Pirineos.
La importancia del Big Data
La nueva administración del club realizó una verdadera revolución en el fútbol francés. Un nuevo Toulouse, donde los datos ocupan un lugar destacado en la gestión deportiva, como norma esencial de la nueva cara de, equipo. Así lo explicó Gerry Cardinale, accionista mayoritario del club.
“Esta inversión la hicimos con el análisis de datos como principio. Tenemos un sistema de análisis de uso exclusivo con una empresa llamada Zelus”, explicó el estadounidense en el podcast Are you not Entertained, en declaraciones publicadas por el sitio web partidario Les Violets.
Una visión que el mismo Comolli se ha esforzado por refinar desde su llegada en julio de 2020. Según confesó, cuando los recursos no son ilimitados se vuelve necesario reclutar inteligentemente.
“Para que te hagas una idea, desde abril hasta finales de agosto de 2021 observamos alrededor de 140 jugadores, con un doble reporte para cada uno. Es decir, al menos dos reclutadores los observaban, a veces tres. Estamos hablando de 300 partidos vistos, 450 horas de video. Hubo, por ejemplo, 17 laterales derechos, para llegar a Mikkel Desler que era nuestra prioridad…”, confesó el presidente en una entrevista con el medio galo con La Dépêche.
Football Manager
Un diseño innovador en el que los datos y el trabajo de campo van de la mano. El trabajo conjunto del Data Manager Julien Demeaux y el escocés Brendan MacFarlane, ex cazatalentos del Brentfod de la Liga Premier, fueron la base del éxito posterior. El británico aterrizó como jefe del departamento de reclutamiento en marzo de 2021, precedido por una gran fama en Twitter, sobre todo por sus análisis de prospectos o jugadores poco conocidos por el gran público, además de reconocida afición a Football Manager.
Una plataforma que está compuesta por una serie de videojuegos de gestión futbolística, en los cuales el jugador actúa como entrenador de un equipo. Un juego más vinculado a la gestión deportiva, que tiene una base de datos tan grande que hace tiempo se convirtió en una herramienta utilizada por muchos clubes profesionales de todas partes del mundo, entre ellos el nuevo cuadro de Gabriel Suazo. Porque el lateral chileno también tiene su perfil en Football Manager, una de las plataformas aludidas por Michael Clark en una reciente nota con El Deportivo.
A pesar de los detractores, la fórmula ocupada por el cuadro galo dio frutos. Después de dos años, el equipo está de regreso en la Ligue 1 con un plantel formado a golpe de datos y trabajo de campo. Un cóctel explosivo, pero equilibrado, que pretende entregar seguridad al proyecto norteamericano.
Es todo este trabajo lo que ha permitido a Toulouse detectar algunos buenos movimientos en el mercado de fichajes. Desde hace dos años, muchos jugadores de campeonatos menos publicitados y más “exóticos” han desembarcado a orillas del Garona. Para hacerse un nombre.
El inglés Rhys Healey, goleador de la Ligue 2 en la temporada pasada y uno de los pilares del ascenso del TFC, es uno de los símbolos de estaba nueva política de fichajes, llegado desde la tercera categoría de su país. El atacante japonés Ado Onaiwu, cedido desde el Yokohama Marinos, o el extremo brasileño Rafael Ratão también son parte de ese proyecto.
A ellos se agregan los éxitos del neerlandés Branco van den Boomen y su compatriota Stijn Spierings. El experimentado belga Brecht Dejaegere o los daneses Rasmus Nicolaisen y Mikkel Desler son otras de las revelaciones de este equipo formado a golpe de software.